Despedidas

Mi despertador suena,un día más. Me dispongo a levantarme,pero luego decido quedarme cinco minutitos más en la cama. Mi madre viene a mi cuarto al notar que no me despierto y me obliga a salir de mi cama. Mi preciosa cama y yo nos amamos,pero el despertador tiene celos y se empeña en separarnos todos los día. Me dirijo perezosamente al baño y me doy una ducha rápida. Salgo de la ducha y me voy rápidamente hacia mi armario. Nunca suelo tardar mucho tiempo en elegir qué me pongo,pero hoy me cuesta un poco más de lo habitual. Me dirijo otra vez al baño y cogo mi cepillo. Me miro tímidamente en el espejo. Allí estoy. Una chica normal y corriente de dieciséis años: Pelo castaño claro cayéndome sobre los hombros,ojos grandes de color miel y una carita tímida me miran desde el espejo. Mi mirada es triste, lo cual es normal teniendo en cuenta el día que es hoy. Hoy es el último día que pasaré en mi viejo instituto,dado que mañana me mudo a San Sebastián. Hasta ahora he estado viviendo en el pequeño pueblo de Luroz,en Extremadura desde que nací. Doy clases en el pequeño instituto que aquí tenemos y vivimos en una casa muy grande en la parte más alta del pueblo. Mi familia y yo tenemos que mudarnos porque mi padre ha encontrado en San Sebastián un nuevo trabajo,pero yo no quiero ir. Ni yo ni mi hermano pequeño,Leo, queremos irnos. Yo tengo aquí toda mi vida. Siempre he vivido aquí y ya tengo mis amigos,un instituto que me gusta y todo lo que yo hubiese querido. No estoy hecha para vivir en una ciudad,siempre fui una chica de pueblo. No me gustan los coches,el ruido... Ningún lugar podría ser mejor que Luroz para mí. Me siento tan triste. Voy a dejar atrás amigos de toda la vida,lugares inolvidables momentos irrepetibles  y...incluso al chico que me gusta. No les digo nada a mis padres sobre lo poco que quiero irme. No quiero entristecerles porque no es culpa suya que tengamos que irnos,al fin y al cabo, es una gran oportunidad laboral para papá y yo no quiero estropearles el momento.
Llevo demasiado tiempo pensativa delante del espejo." Mierda,ya se me ha hecho tarde"pienso. Me dirijo a la  cocina,cojo una magdalena,les doy un beso a mis padres y llamo a mi hermano. Éste empieza a bajar rápidamente las escaleras y se apresura a salir por la puerta conmigo.
Salimos a la fría calle. Está lloviendo ligeramente así que me cubro la cabeza con la capucha y hundo la barbilla en la bufanda. Leo y yo nos pasamos en silencio los cinco minutos de trayecto hasta el instituto. Supongo que él estará pensando en lo mismo que yo: En lo mucho que echará de menos este sitio. Durante el camino miro hacia todas partes. Cada rincón me trae a la mente un nuevo recuerdo de algún momento vivido en ese sitio: El columpio en el cual me rompí la muñeca, el banco donde le confesé a Ana lo mucho que me gustaba un chico, li hierba del parque en la que siempre nos sentábamos los días de verano...
Cuando ya estamos cerca de la entrada del instituto, Leo por fin habla.
-Voy a echar de menos todo esto, y  mucho- Dice tristemente.
-Y yo Leo,pero no tenemos elección. Intenta despedirte de todo el mundo y llevarte un buen recuerdo de este sitio. Siempre podremos volver de visita.-Le digo para intentar animarle,pero creo que nada de lo que yo le diga podrá ayudarle ahora.
Por fin entramos en el instituto y me quito la capucha. Mi pelo algo húmedo y ya algo rizado a causa de la lluvia, me cae sobre los hombros otra vez. Me despido de Leo con un beso en la mejilla y me dirijo hacia mi clase. Nada más entrar veo a Ana,mi mejor amiga desde siempre. Desde el día en el que le dije que nos íbamos a mudar, ha intentado aparentar normalidad y no hacerme sentir mal,pero yo la noto triste, y no me extraña porque yo también lo estoy. Desde el día en que le comuniqué la noticia hemos pasado más tiempo juntas, intentando disfrutar lo máximo del tiempo que nos quedaba. Pero hoy Ana no consigue disimular y rompe a llorar en cuanto entro en el aula vacía.
-Joder,lo siento, pero es que no quiero que te vayas, Sandra. Te voy a echar mucho de menos- Me dice ella muy emocionada mientras me mira con ojos llorosos.
-Yo también te voy a extrañar muchísimo,pero tengo que irme. Prometo venir en vacaciones a verte y siempre nos quedarán las llamadas esas de una hora y media que siempre nos hacemos.- Comento positivamente para intentar calmarla. Aunque lo cierto es que yo también estoy muy triste porque,por mucho que nos llamemos por teléfono,no será lo mismo.
Ana y yo nos fundimos en un gran abrazo e intentamos consolarnos la una a la otra. Comienzo a recordar rápidamente todos los momentos que hemos pasado juntas: El día que nos conocimos cuando empezamos el colegio , nuestra primera pelea, el primer novio de Ana... Comienzo a recordarlo todo  y me entristezco aún más,así que la sujeto fuerte entre mis brazos,no quiero alejarme de ella. Me veo obligada a separarme de Ana porque llega el profesor y los alumnos comienzan a entrar en clase y a ocupar sus sitios correspondientes. Es entonces cuando él entra en  clase,le veo y me dan ganas de ponerme a llorar. Veo su pelo negro que le tapa un poco la frente,sus ojos verdes y serenos y sus sonrisa dulce. Lucas. Él lleva gustándome tanto tiempo... Y ahora me siento fatal pensando que no voy  volver a verle y que me marcharé de aquí sin que él llegue a saber lo que yo siento. Llevamos tiempo siendo amigos,no mejores amigos,pero sí de esos que se hablan en clase y a veces quedan en cuadrilla juntos,pero nunca encontré el valor suficiente para decirle nada. Supongo que me asusta mucho el rechazo, ya que yo soy bastante tímida con la gente a  la que no conozco mucho. Pero tu siempre has sido estupendo conmigo, siempre me has ayudado y cada vez mis sentimientos hacia ti eran más fuertes. Empecé a darme cuenta de que me gustabas. Era la primera vez que un chico me gustaba de verdad. Recuerdo contarle a Ana cosas sobre ti, hasta que ella solita intuyó que me gustabas y se lo tuve que contar. Supongo que el 90% de las visitas que tienes en tu perfil de tuenti, son gracias a mí,que no paro de mirar tus fotos y sobretodo tus preciosos ojos verdes.
 Te observo mientras tomas asiento a mi lado. Estás tan guapo como siempre,con el pelo un poco rizado allí donde la capucha no ha podido protegerte de la lluvia. De repente giras la cabeza y me miras. Muevo la cabeza rápidamente para que no veas que me he sonrojado.
-Buenos días- Dices alegremente acompañando la frase de una gran sonrisa.
Intento parecer alegre y te devuelvo la sonrisa, aunque la verdad es que ahora me entristece aún más tener que irme. Veo tus ojos verdes y brillantes mirándome y me pregunto si será la última vez que los vea.
-Buenos días- Respondo escondiendo lo mejor posible la tristeza que siento.
Que idiota me siento. Llevo colada por ti un año y lo único que soy capaz de decirte antes de marcharme para siempre es" Buenos días".
El día transcurre lentamente para mí y me paso el recreo con la cuadrilla de Lucas,con la que no hablo mucho, porque Ana  ha tenido que irse a hacer no se qué cosas. Hablo de vez en cuando con alguno de ellos,simplemente para que no noten lo triste que estoy. Nadie me dice nada sobre lo de marcharme,igual ni siquiera lo saben.
- ¿Verdad que si, Sandra? - Me dice Lucas de repente
- Perdona,¿ qué has dicho?. Es que no estaba escuchando ,estaba pensando en mis cosas-Respondo tímidamente.
-He dicho que vas a venir con nosotros esta tarde a mi casa,¿verdad?-Me pregunta simpático.
-Pero... No me habíais comentado nada sobre lo de ir a tu casa-Digo confusa.
-Da igual, ha sido un plan espontáneo. Vengaaaaaaa-Me ruega con carita de niño bueno
-Está bien pero... ¿os importa que Ana venga con nosotros?- Accedo yo. Soy incapaz de decirle que no esa carita de ángel y,además, si tengo con quien quiero pasar mis últimos momentos en este pueblo, prefiero pasarlos con Ana y con Lucas.
-Estupendo. Nos vemos allí a las cinco- Dice uno de los amigos de Lucas.
Oigo la sirena que anuncia el final del recreo,me despido de todo el mundo y me dirijo rápidamente al laboratorio,donde tengo clase de química,a la que siempre llego tarde. Hoy no es una excepción y vuelvo  a llegar tarde a clase. Tampoco es un problema que me pongan una falta por llegar tarde, no voy a volver.
Paso las últimas clases ensimismada,pensando en como será la nueva ciudad y en como será mi nuevo colegio. Se me da fatal  hacer amigos por mi timidez,así que supongo que pasaré una temporada sola.
Llega la clase de historia y me siento en mi sitio. Ya estoy agotada,no sé por qué. El profesor me dirige una mirada.
- Sandra,si mal no recuerdo mañana dejas el colegio, ¿ te has acordado de vaciar tu taquilla?- Me dice el muy insensible del profesor.
-Sí,ya tengo todo guardado- Respondo cabizbaja.
La gente comienza a hablar, a cuchichear  sobre mí. Muchos no sabían que me voy porque no he dicho nada. No quería que la gente lo supiera para que no me hicieran sentirme peor,así que solo lo sabe Ana y poca gente más. El alboroto cada vez es mayor. Me siento fatal. Agacho la cabeza pero noto las miradas de todo el mundo clavadas en mí. Tengo ganas de llorar,otra vez. Me tapo la cara con una cortina de pelo que me cae a los lados de la cara y consigo aguantarme y continuar con la clase. Cuando estoy saliendo de clase Ana se junta conmigo.
-Me ha dicho Lucas que vamos a quedar con ellos esta tarde.- Me dice ella intentando captar mi atención.
-Sí,me ha dicho que podíamos quedar en su casa y le he dicho que sí,pero quiero que tú vengas también. Quiero pasar mi última tarde aquí contigo.- Le respondo
-¿ Sabe ya Lucas que...mañana te vas?- Pregunta Ana tímidamente.
-Si... Todo el mundo lo sabe porque hoy lo ha comentado el profe de historia en clase.-
Llegamos hasta la salida y me despido de Ana para bajar la cuesta del pueblo hasta mi casa.
Abro la puerta una vez llego y saludo a mi madre, que es la única que hay en casa ahora mismo. Poco después de bajar a la cocina, tras haber dejado la mochila en mi cuarto, oigo como se cierra la puerta de casa.
-Ya estoy en casa- Dice Leo,que acaba de llegar.
-Estupendo,ahora que estamos todo ya podemos comer- Dice mi madre.
Nos sentamos a la mesa y no puedo evitar no tener apetito. Si tan solo tuviese dos días más. Solo dos días para poder pensar en lo que me gustaría decirle a Lucas antes de irme,pero no dispongo ni  del tiempo ni del valor necesarios y eso es lo que más me entristece. Termino de comer y me doy una ducha,aunque ni con eso consigo despejarme un poco. Me visto con un bonito vestido azul que me llega por las rodillas y que siempre me ha gustado y me recojo el pelo con unas horquillas. Me dirijo al baño y me maquillo un poco. No sé ni para qué me estoy arreglando tanto. ¿ De qué me va a servir que me veas "radiante" si no voy a decirte lo que siento por tí? y,aunque consiguiese gustarte un poco, ya sería demasiado tarde para declaraciones o historias de amor ,porque mañana termina mi cuento de hadas contigo. Cojo un bolso y mis llaves y me dirijo a la puerta. Me despido de mi familia y pongo rumbo a la casa de Lucas. No es la primera vez que estoy en su casa,porque alguna vez que hemos quedado como cuadrilla hemos ido allí. Aun así estoy nerviosa , como si fuese nuestra primera cita, aunque esta situación no se parece en nada a una cita. Miro el reloj. " Otra vez tarde" pienso  angustiada. Acelero mis pasos y consigo llegar a la casa. Es una casa antigua,antigua y hermosa. Una gran casa de piedra con grandes jardines rodeándola. No es de extrañar, ya que el padre de  Lucas es,aparte del alcalde del pueblo, un prestigioso abogado. Grandes y vistosas flores cubren el jardín y un bonito columpio preside el patio. Llego hasta la puerta y,tras coger aire, toco el timbre. Tras unos segundos su voz me contesta.
-¿Quien es?- Pregunta una melodiosa voz desde el otro lado del aparato.
-Soy Sandra.Ábreme Lucas.- Respondo yo intentando que mi voz no suene tímida.
Oigo el sonido que indica que la puerta se ha abierto y tiro de ella para entrar. Atravieso los amplios jardines sin perder detalle de las preciosas flores que alberga. Me encantan las flores,sobretodo las de ese jardín en concreto. Me hacen sentirme tranquila,serena. Son tan bonitas. Siempre he soñado con que un chico me regalase un ramo de flores pero, hasta el momento, nadie lo ha hecho.
 La puerta principal está abierta así que,al ver que nadie sale a recibirme,entro yo misma. Todo está oscuro y ,si no fuese porque conozco la casa,probablemente me hubiese tropezado o golpeado con algo. Consigo llegar al cuarto de estar a ciegas. Estoy muy confusa.¿ Y la gente? Comienzo a llamar a Lucas,pero nadie contesta. Comienzo a asustarme un poco y empiezo a pensar que igual debería irme. De repente un destello me ciega. Todas las luces se han encendido de golpe.
- ¡ SORPRESA! - Oigo gritar a mucha gente. Tardo unos instantes en visualizar a un montón de gente en la habitación recien iluminada. Veo un cartel en lo alto de la habitación en el que pone" Nunca te olvidaremos Sandra" Ahora lo empiezo a entender todo. Comienzo a mirar a la gente y,entre la multitud, te veo. Alelí estas con una sonrisa radiante en la cara,como  siempre. Ni siquiera me doy cuenta de que Ana también está en la habitación. Tampoco me doy cuenta de que la gente me mira esperando mi reacción.Solo te veo a ti. Ojalá pudiese parar el tiempo y ver siempre esa imagen. Tú mirándome fijamente con esos ojos verdes tan brillantes. Yo viendo mi cara asombrada reflejada en esos ojos que más de una vez me han dejado sin palabras. El resto del mundo se desvanece e intento disfrutar del que puede que sea, el último capítulo de mi  cuento de hadas.