viernes, 30 de agosto de 2013

Amores que matan

Lo único que hacemos es volver en silencio hasta mi habitación.Allí nos pegamos mucho rato, quizás demasiado. Simplemente abrazados en esa silenciosa habitación del hospital. Minutos, quizás horas, no lo se, pero se me hace cortísimo. Al final la puerta se abre y nos vemos obligados a separarnos rápidamente. Es el médico,otra vez, y Daniel se aparta de mi y se sienta en la silla mucho antes de que él pueda intuir nada. Levanta la mirada de los papeles que lleva en la mano y por fin la dirige hacia nosotros. Miro a Daniel durante un instante y veo como una rápida sonrisa cruza su cara.
-Bueno,Sandra, acabo de leer tu informe y me alegra comunicarte que todo ha salido perfectamente. La prueba que te hicimos esta mañana muestra que la operación ha salido genial y, por tanto, deberías ser capaz de hablar, aunque quizás haya que esperar unos días.Intenta no forzarlo, ¿ vale ?-
Le miro durante un momento y al final, acabo sorprendiéndome a mi mismo riendo. Él me mira sorprendido y gira ligeramente la cabeza. Trago saliva y,tras un pequeño esfuerzo, hablo otra vez.
- Ya puedo hablar bastante bien,doctor-Le digo con una sonrisa en los labios.
-Eso está muy bien,Sandra. No tienes nada de lo que preocuparte, tu laringe está perfectamente y puedes hacer vida normal,aunque intenta no forzarlo demasiado. No hables demasiado,ve poco a poco.- Me dice alegremente, antes de volver a dirigir la mirada al papel.
- Bien, una cosa más. ¿ Ha venido la enfermera para darte la medicación?-
-Sí, vino hace media hora más o menos-Le respondo con la mirada puesta en Daniel.
-Entonces os dejo solos- Responde con una sonrisa mientras dirige una mirada furtiva a Daniel, que se sonroja en cuanto la capta.
Al momento la puerta vuelve a cerrarse y me encuentro otra vez sola, únicamente acompañada por la mirada de aquel chico que parece hacer que todo lo demás no importe. Y miro esos ojos azules y me parece que nunca podría llegar a cansarme de mirarlos. Que quiero que sean lo primero que vea al despertar y lo último que me mire al irme a dormir.
Miro el reloj y me doy cuenta de que es realmente tarde.
-Una pregunta,¿ cuándo piensas irte a casa, chico malo? Seguro que tus padre están preocupados- Le digo con una sonrisa que crece al ver la cara de preocupación que él pone al oír mis palabras.
Se pone nervioso y se acaricia la nuca con la palma de la mano. Me mira, mira la pared,el suelo.Su mirada se posa en todos los rincones de la habitación de manera nerviosa.
-Mierda, no había pensado en eso- Responde rápidamente al tiempo  que saca el móvil del bolsillo y lo enciende.
Su cara va cambiando con cada pitido del teléfono hasta que,tras unos veinte pitidos, parece que acaba de despertar de una pesadilla. Incluso empieza a morderse las uñas. 
- Mmmm por tu cara diría que tienes unas veinte llamadas perdidas de tu madre y unos diez mensajes de tu padre - Le digo divertida. 
Como si no me oyese, sigue mirando absorto la pantalla del teléfono. De repente, como si despertase de repente, gira rápidamente la cabeza hacia mi y consigue que me asuste un poco.
- Tengo que irme ahora mismo si no quiero que mi madre me encierre en mi habitación hasta el día de la graduación- Me dice con una mezcla de prisa,preocupación y diversión-
Una sonrisa nerviosa se dibuja en su cara y se queda sentado mirándome con cara de súplica.Se muerde el labio.
-Anda,vete.- Le digo con una gran sonrisa al tiempo que le pego en el brazo.
Se levanta como un rayo y se mueve hasta la cama donde estoy sentada. Me da un rápido beso en la mejilla y se dirige hasta la puerta.
- ¡ Oye ! - Le digo justo antes de que cierre la puerta. La vuelve a abrir y me mira- Si mañana sigues vivo...¿ Me mandarás un mensaje o algo....?- Le pregunto tímidamente.
Al momento me arrepiento de haber dicho eso y me sonrojo. Acabo de conocerle, acabamos de de empezar de nuevo y apenas sé quien es y ya estoy pidiéndole que me llame como una novia controladora. Y ni siquiera somos novios,¿ o sí?. Mierda ¿ Qué somos realmente? Bueno, ya habrá tiempo para hablar sobre eso.

Lo miro tímidamente para ver cómo le ha afectado lo que he dicho. Para mi sorpresa, está sonriendo y me mira con dulzura. Procuro que no se note que me he puesto nerviosa.
-Te prometo que vas a ser la primera persona con la que hablaré mañana al despertarme y la última en la que pensaré cuando me vaya a dormir. Buenas noches Sandra-  Me dice desde la puerta y, al instante, ya la ha cerrado y se ha ido, dejándome sola en la habitación con una extraña sensación y la mente en blanco.
No pienso en nada y mi mirada se pierde en la pared hasta que llega la enfermera y me hace una pregunta.
-¿ Por qué estás sonriendo?-

Al día siguiente es mi madre la que me despierta con unos golpecitos en la puerta. Ella y mi padre entran en la habitación y se quedan conmigo mientras desayuno. Me duele un poco al tragar, pero lo disimulo y consigo acabar la comida. Charlamos durante un rato de mil y un cosas, pero me doy cuenta de que todos procuramos evitar el tema de Leo. Cuando consigo hacer que se vayan un rato a casa para que descansen, camino otra vez hasta la habitación de mi hermano. Ya es la tercera vez, sí, la tercera, porque resulta que hace unas horas, en plena madrugada, también he estado allí. No podía dormir pensando en él, no podía dormirme sin hablar con él y agarrarle la mano una vez más para darle fuerzas,para animarle a seguir luchando. Y allí habre pasado por lo menos una hora, entre sollozos y susurros, hablando con él sobre lo mucho que lo quiero y recordándo cosas de nuestra infancia. Luego, de puntillas, he vuelto a la habitación. Nadie ha notado mi ausencia y , al volver a la cama, me he notado mucho más tranquila. Me he tumbado en la cama y el sueño me ha llevado consigo.

Y aquí estoy de nuevo, arrodillada junto a su cama mirando su cara, que rebosa tranquilidad.
Ojalá hiciese algo, algo que aumentase mi esperanza, un ligero movimiento,algo. 
-Hola enano. Ya vez que te hecho tanto de menos que no puedo aguantar ni cuatro horas sin hablar contigo,asi que aquí estoy. Solo quería decirte que me enterado de que los exámenes empiezan dentro de dos meses, asi que date prisa y despiertate para entonces, que sino no te dará para pasar de curso, ¿vale?. Y bueno, solo decirte que te quiero un montón y que estoy segura de que estas luchando con todas tus fuerzas, que estás deseando volver con nosotros. Todos te echamos de menos y creeme cuando te digo que eres una persona estupenda y que me alegro un montón de ser tu hermana...- Me interrumpo cuando alguien abre la puerta.
Me doy la vuelta lentamente y veo una silueta situada en la puerta,inmovil. La luz le ilumina y, al instante, lo reconozco. Lucas. El corazón se me acelera al instante y siento ganas de vomitar. ¿ Qué hace aquí? ¿ Cómo puede venir a verme después de todo lo que ha pasado? No me puedo creer que tenga la poca verguenza de haber venido. Y encima sonríe. Su cara está adornada por una sonrisa tenebrosa que hace que me tiemble el cuerpo. Me repugna mirarle,pero no aparto la mirada. 
- Sandra, en cuanto me he enterado de lo que te ha pasado he venido a verte. ¿ Qué tal estás?- Me dice con un tono que pretende mostrar preocupación.
-Estoy perfectamente, Lucas. No deberías haber venido. Me parece que en el pueblo lo dejé todo claro.- Le digo con desdén al tiempo que lanzo una rápida mirada a Leo.
Él se muestra ofendido y vuelve a sonreir de manera trémula. Da un paso al frente y se situa frente a la cama. 
- ¿ No deberías estar agradecida? He recorrido muchos kilómetros para llegar hasta aquí. Anda, por lo menos dime que me agradeces el esfuerzo- 
- No te debo nada y no te daré las gracias por nada. Aún no entiendo para qué has venido cuando está bien claro que no quiero saber nada de ti- Le echo en cara mientras lo miro con rabia y asco.-Me parece que quedó bastante claro que tu y yo ya no somos amigos ni somos nada.-
- Venga ya, Sandra. Tu y yo hemos sido amigos desde pequeños y hemos compartido de todo...Incluso más que palabras- Añade con una sonrisita burlona.
Me trago la bilis que me sube a la garganta y lo miro con repulsión. Aprieto los dientes y reprimo el impulso de partirle la cara de un puñetazo.
-¿ Para que coño has venido ?- Me limito a decir con asco.
- A verte a ti, claro está.-Comienzo a decir como si fuese la cosa mas obvia del mundo. -Bueno...La verdad es que no he venido solo para eso.-
Se mueve otra vez hacia la puerta al tiempo que habla y, antes de que me de cuenta,la cierra no sin antes mirar hacia el pasillo con cautela.
Comienzo a ponerme nerviosa y me tenso. Me coloco delante de Leo y lo miro con dureza.
- He venido porque tengo un par de cosillas pendientes. Resulta que me he dado cuenta de que todo lo que me dijiste en el pueblo, no podías haberlo averiguado tú sola. Tenía que habertelo contado alguien. En cuanto me puse a pensar un poco me dí cuenta de que el único que podía saber todo eso y el único que podía habertelo rebelado, era tu hermano Leo.-Dice mientras mira a Leo con lo que parece ser asco.

- Ese cabrón había jodido mis planes y había hecho que tanto tú como Ana os enfadaseis conmigo. ¡ Con lo bien que me iba todo teniendo no a una,sino a dos chicas para mi ! - Comenta en tono melodramático - Ahora, Sandra, todo el mundo piensa que soy un cabrón y nadie se acerca mi. Todo el mundo me odia porque tu hermano no supo mantener la boca cerrada- Grita con furia.
Comienzo a tener miedo pero me mantengo en mi sitio y no me alejo de mi hermano, que yace dormido sin enterarse de nada.
-Tu hermano siempre me había caido mal, pero ahora que había visto que no era capaz de mantener  un puto secreto,me caía aún peor,asi que decidí que alguien tenía que darle mmm....Un escarmiento. Si él había hecho que yo lo perdiese todo, pues yo también le quitaría algo muy importante- Termina diciendo con un tono aterrador y mirándome con una sonrisa burlona.
Comienzo a entenderlo todo mientras miro su sonrisa,que crece al ver mi cara. Todos mis temores y mis suposiciones, todo era cierto.
-Asi que decidí que lo mejor que podía quitarle,era la vida- Suelta con una gran sonrisa.
Ahora no puedo evitar tensarme del todo y me acerco más a Leo. Extiendo los brazos en señal de protección y miro a Lucas.
-Fuiste tú. ¿ Cómo pudiste hacerlo ? Ni siquiera era el coche de mi hermano. ¡ Era el coche de un chico al que ni siquiera conoces ! - Le grito desesperada mientras comienzo a llorar.
Eso no hace que se borre su sonrisa y sigue hablando.
- Muy fácil. Ese chico se acercó a mí preguntando por tí y parecía desesperado. Sabía que no podía hacerle nada a Leo estando tan lejos, pero supuse que ese chico era muy importante para tí, asi que pensé que si le hacía daño a él, tú te hundirías, y eso hundiría a tu hermano. Una simple reacción en cadena. Tan simple como cortar un par de cables y quitar un par de tornillos del coche- Explica con una sonrisa de placer.

Mi cara debe de ser un cuadro,porque cada vez que me mira se ríe aún mas. Algo de mí quiere saltar encima suya y golpearle hasta que pierda el conocimiento, pero no solo estoy enfadada,sino también asustada. Tiemblo como una hoja y no termino de asimilar su confesión.
- Pero ahora- Prosigue Lucas - Se me ha concedido la oportunidad de llevar a cabo lo que tenía pensado. Me dijeron lo que había ocurrido, el accidente con vuestro coche, y no me podía creer que hubiese tenido tanta suerte. Aun así me dijeron que tu hermano y toda tu familia habíais sobrevivido, asi que he venido a hacerte una visitita.-
- Si lo que querías era comprovar que tu plan ha salido mejor de lo que pensabas, ya lo has visto. Ya puedes irte tranquilo- Le digo desafiante.
Para mi sorpresa comienza a reir con fuerza y se lleva una mano a la tripa. Cuando la risa cesa, sigue hablando.
-Me parece que no lo has entendido. He venido aquí porque se me ofrece la oportunidad de terminar lo que empecé, de cumplir mi promesa. Vengo a quitarle a tu hermano algo mucho más preciado, algo que todavía, asombrosamente, conserva tras el accidente.
Apenas me da tiempo a asimilar sus palabras. De repente, al mirar sus ojos y ver el odio y la venganza escritos en sus ojos verdes, me doy cuenta de lo que quiere hacer. Grito con todas mis fuerzas e intento detenerlo abalanzándome sobre él,pero es inutil. Noto un fuerte golpe en el costado  pero consigo agarrarme a su brazo y tiro de él para detenerlo. Aun así él consigue avanzar lentamente. Le doy un mordisco en el brazo con todas msi fuerza y entonces se gira hacia mí y me golpea en la cabeza. Un golpe seco que me tira al suelo y hace que se me nuble la vista. Desde el suelo observo,impotente, como se dirige hacia la cama de Leo, que se mantiene allí,inmovil, sin saber lo que está ocurriendo y sin poder huir. Intento levantarme pero no puedo y me caigo al suelo. La vista se me nubla más y más, pero aún alcanzo a ver algo.
Veo a Lucas tendido sobre mi hermano, agarrándolo por el cuello con ambas manos y apretando con fuerza. Veo como comienza a estrangularlo y, tras proferir un último grito de auxilio, me desmayo.

martes, 23 de julio de 2013

A tu lado

Mente en blanco. Es como si alguien apagase el interruptor que hace que todo mi organismo funcione.  Como si todo desapareciese. Es un sueño, una pesadilla. Tiene que serlo, no existe otra explicación. Pero aunque fuese un sueño, el dolor que siento es real. ¿ Por qué ha dicho eso? Miro al frente, a la nada, con los ojos desenfocados. No entiendo nada. No entiendo porque todo esto me pasa a mi. Me da la impresión de que voy a desmayarme de un momento a otro. Siempre va a a ser así, ¿ verdad? Siempre va a haber algo que me haga sufrir, que me haga llorar. Cuando parece que me levanto, vuelvo a caerme con más fuerza que antes. Quizás es hora de quedarse en el suelo, porque ya no tengo fuerzas para levantarme. Todo mi mundo ha cambiado, ya no me queda nada... Entonces decido alzar la mirada, dejar de pensar por un instante. Y le miro. Sigue en la habitación y me mira. Me mira y lo que veo en sus ojos me deja petrificada. Terror. Terror y una tristeza inmensa.Es como si ese azul de sus ojos, del mismo color que el cielo, ahora se hubiese convertido en hielo. Mantengo la vista puesta en él. Mi expresión es confusa. No sé cuanto tiempo pasa pero, de repente, él abre la boca, aunque no emite ningún sonido. Titubea. Cierra la boca. Toma aire. La vuelve a abrir.Y habla.
- Yo...Lo siento mucho, de verdad- Suelta las palabras en un susurro y los ojos se le humedecen- No quería hacerte daño, en serio. No entiendo cómo pudo suceder.-
Es como si algo se rompiese en mi interior. Como si el hilo que sujetaba mi corazón se rompiese. Las lágrimas surgen de mis ojos y ni siquiera me doy cuenta. Solo quiero una explicación, que alguien me diga que está pasando. Daniel sigue mirándome con ojos vidriosos y respira de manera entrecortada. Su cara refleja una tristeza inmensa y tiembla. Se aparta el pelo de la cara en un movimiento rápido y tras un par de segundos, sigue hablando.
- La verdad es que yo...Fui a verte. Necesitaba hablar contigo y decirte que...Bueno, necesitaba hablar contigo.- Comienza a decir mirando al suelo- Así que decidí ir a tu pueblo y buscarte allí. Cogí el coche y cuando llegué pregunté por tu dirección. Estuve hablando con un chico y me indicó tu dirección así que fui hasta tu casa pero...- Continua diciendo hasta que lo interrumpo.
Apenas consigo encontrar mi voz, pero al final,tras un momento de dolor, consigo que un hilillo de voz surga. Ni siquiera me doy cuenta y no me invade la alegría al verme hablar otra vez. Solo quiero solucionar esto, luego ya tendre tiempo de alegrarme.
-Espera, espera.... ¿ Hablaste con un chico que sabía mi dirección? ¿ Cómo era ?- Le pregunto sorprendida con un poco de esfuerzo. No se por qué, pero algo me dice que hay otra persona involucrada en esto. Una persona que yo conozco muy bien.
Daniel me mira con cara de confusión pero me contesta con nerviosismo.
- Pues....Era un chico de mi edad mas o menos. Alto y de pelo oscuro. Parecía bastante amable así que le pregunté por ti y, aunque puso una cara un poco rara, me dijo tu dirección.Después estuvo un rato muy serio así que le di las gracias y me fui. Aparqué el coche justo ahí y fui andando hasta tu casa. No recuerdo nada mas de él...Bueno, espera...Recuerdo que...Recuerdo que tenía los ojos verdes.- Termina diciendo mientras parpadea repetidamente para evitar que las lágrimas se le escapen.
Mi cara cambia radicalmente después de que hable. No puedo creerlo. Es él. Lucas aparece otra vez en mi vida, justo cuando creía que se había ido para siempre. No cabe duda, con esa descripción está claro que es él. Lo que no entiendo es por qué hay algo en mi, algo en mi cabeza que me advierte, algo que me dice que todo esto no es una mera casualidad, algo que me hace ponerme alerta. Decido dejar que siga hablando así que lo miro con curiosidad. Él parece entenderlo y sigue hablando, aunque aparta la mirada y la lleva al suelo en cuanto comienza a hacerlo.
-Cuando llegué a tu casa estuve un rato llamando y mirando haber si estabas dentro pero no te vi,así que volví al coche. Cuando llegué estaba en su sitio pero había una mancha de aceite en el suelo y encontré una tuerca en el suelo.-
El chico termina de hablar y vuelve a dirigir su mirada hacia mi, aunque cuando lo hace percibo un dolor terrible. Le cuesta horrores mirarme, y lo entiendo.
Deja de hablar y, aunque espero a que continúe, no lo hace. Se limita a mirarme y, al ver que no digo nada, habla él.
- Sandra, lo que quiero decir es que...Creo que alguien saboteó mi coche-
Ahora es cuando mi cara cambia de confusión a asombro. ¿ Qué está diciendo? Eso es imposible. ¿ Quien sería capaz de hacer algo tan...? Es entonces cuando una idea cruza mi cabeza a toda velocidad. No puede ser.  Eso es demasiado hasta para él...Aun así es la única explicación que se me ocurre...Lucas. Pero eso no es posible. Nadie es capaz de hacer una cosa así, ni siquiera él. O sí. Ahora mismo no soy capaz de pensar con claridad.
Mi cabeza comienza a llenarse de mil y un pensamientos pero, cuando Daniel comienza a hablar, me veo obligada a dejar de pensar y escucharle.
- Lo digo de verdad. Cuando salí del pueblo con el coche noté algo raro, pero no le dí importancia. Entonces fue cuando llegué al peaje de vuelta a San Sebastian y oí un ruido en el coche.. Me situé en la fila de coches y empecé a frenar. Entonces me di cuenta de que algo iba terriblemente mal. Por mas que pisaba el pedal el coche no frenaba lo mas mínimo. No te puedes imaginar lo mal que lo pasé.- Comienza a decir mientras yo lo miro expectante.
Entonces Daniel se calla de repente y yo lo miro confundida, esperando a que continúe con su relato, pero no lo hace. En su lugar comienza a temblar más y más, hasta que,de repente, se echa hacia delante y se tapa la cabeza con las manos bruscamente. Entonces comienza a llorar de repente y mi corazón, en ese instante, se rompe definitivamente.

" Narra Daniel "

No puedo más, ya no puedo seguir con esto. No puedo soportar tener que contarle esto. Tener que decirle que soy yo el que le ha hecho daño, que soy yo el que ha herido a sus padres, el que ha dejado así a su hermano. No puedo soportar que por mi culpa, quizás pierda a un ser querido. ¿ Qué clase de persona soy ? ¿ Cómo he podido hacerle esto a la persona a la que quiero? Quizás lo mejor es que me vaya. Quizás no debería haber venido, pero ella se merecía una explicación, aunque decirle esto me rompa el corazón. Porque ahora ella me está mirando. Me mira como nunca hubiese deseado que me mirase alguien: Con un miedo y confusión enormes. Y siento como mi corazón muere. Esto es lo peor que podía pasar. Le he destrozado la vida y nunca me lo voy a perdonar.
Ya está, se acabó, la he cagado para siempre. Lo único que siento que puedo hacer ahora, tras contarle todo, es llorar. Así que rompo las pocas defensas que me quedaban, derribo la frágil muralla que había creado para evitar que ella me viese así. Y todas las lágrimas surgen de manera seguida, en un torrente que no cesa. Y bajo la mirada, porque no puedo mirarla, me duele demasiado hacerlo.
Es entonces, entre sollozos, cuando comienzo a recordarlo todo.

 Flashback
" No sé cuanto tiempo llevo dentro de la bañera, pero teniendo en cuenta lo arrugadas que están mis manos, debe de haber sido mucho. No estoy seguro de si el agua que ha llenado la bañera proviene del grifo o de mis lágrimas, porque la verdad es que he estado llorando. Últimamente he recuperado esa costumbre. Parecía haber olvidado cómo se hacia. No lloro desde que mis padres se separaron, desde que ese cabrón hundió a mi madre. Creo que fue entonces cuando comencé a volverme así: Un idiota que ha perdido la fe en todo. Porque la vida me ha enseñado eso, que nada es para siempre, que nada de eso que llaman amor existe realmente. Aun así, después de todo este tiempo sufriendo en silencio y convenciéndome a mi mismo de que nunca sentiré algo así por nadie, aquí estoy, llorando en la bañera mientras lo único que surca mi mente es una imagen suya. De sus ojos, de su cara. Está claro que lo he hecho mal. La he cagado y ya no tiene remedio. Ella no quiere nada conmigo, y lo entiendo. Alguien como yo no merece la pena. Quizás solo necesite tiempo y la culpa no sea mía...Aunque no lo creo. Y ya he sufrido y le he hecho sufrir mucho. Ya es hora de pasar página, pero no puedo . Simplemente es imposible dejar de pensar en ella. Cuando estoy con ella....Me vuelvo diferente. Mejor. Y me gusta.
Debería decírselo. Debería decirle que la necesito y que esperaré por ella todo el tiempo que haga falta. Debería arriesgarme, pero me asusta todo esto. Nunca he sentido algo así. Quizás salga mal. Quizás acabe dolido y con el corazón roto. ¿ Merece la pena? Sí, creo que sí. Porque ella es algo por lo que merece la pena arriesgarlo todo, y lo haré. 
Se acabó el comerme la cabeza. La vida está hecha para vivir riesgos.
Me levanto de la bañera, me pongo la ropa y ni me molesto en secarme el pelo. Es hora de darle una oportunidad al amor. Mi corazón palpita muy fuerte contra mi pecho y estoy asustado. Nunca había estado tan asustado, excepto aquellas noches debajo de la mesa, cuando me tapaba los oídos y fingía no oír cómo mi madre gritaba. Cuando salía de ese escondite e intentaba ayudarla, pero solo conseguía que él también me pegase a mí. Entonces deseaba ser más fuerte, ser más grande para poder detenerle. Pero él siempre fue más fuerte.
" Déjalo Daniel " Me digo a mí mismo. Ahora no es tiempo para eso. No puedo dejar que el miedo me paralice. Esta vez no dejaré que esos recuerdos vuelvan a frenarme. Debo darme una oportunidad.
Me levanto,busco las llaves, algo de dinero y el móvil y salgo de la casa de mis tíos. Cojo el coche y arranco. Pronto estaré allí y podré decirle lo que siento. Ahora o nunca."

Parpadeo y dejo de recordar. Levanto la cabeza y allí sigue ella mirándome. Ya no sé qué mas decirle. Nada de lo que diga conseguirá arreglar esto. Aun así lo intento.
-De verdad que no sé como pudo ocurrir. Yo intentaba frenar, intentaba cambiar la dirección del coche pero...Nada funcionaba Sandra. Era como si todo se hubiese vuelto loco y te juro que no sé como pudo pasar. Yo jamás querría hacerte daño...- Digo desesperado mientras cierro los ojos y miro al suelo. Y lloro, sigo llorando mientras hablo, y mi voz se convierte en un grito desesperado.
No sé qué hace ella. Hay una pequeña parte de mí que espera que se acerque y me consuele, pero eso es muy egoísta. Debería ser yo el que la consolase a ella por haberle hecho esto, y no al revés, pero es que me siento fatal y ni siquiera yo entiendo cómo ha podido ocurrir todo esto.
Si ella me creyese, si ella supiera...Si ella supiera que, en ese momento, cuando oí un ruido metálico y todo dejó de funcionar, cuando empecé a dirigirme hacia su coche a toda velocidad y no podía hacer nada para frenar... Pensé en girar, en girar y estrellarme contra el muro que había a mi derecha. Eso hubiese sido mejor. Ojalá supiera que pegué un volantazo hacia ese muro, esperando chocar y acabar con mi vida, todo con tal de no causarle daño a ella. Porque en ese momento no tuve dudas. Si alguien tenía que resultar herido o morir, prefería ser yo antes que ella Y no me hubiese importado acabar así, muriendo para salvar a la persona que quiero.Y vuelvo a recordar ese momento.

Flashback
" No entiendo qué pasa. No puedo frenar. Aprieto el pedal con fuerza, con rabia, pero no cambia nada. El coche no se detiene. Entonces vuelvo a pensar en ella. En su cara y en nuestra pequeña historia. Pienso en lo que podía haber sido y no será. Por mi culpa. No puedo hacerle esto. Ella es la primera persona a la que quiero después de...
No puedo dejar que acabe así. No seré yo el que le vuelva a hacer daño, no esta vez. Y aunque sé que esto es lo más difícil que he tenido que hacer nunca, lo hago. Con gesto de rabia y dolor pego un volantazo y cierro los ojos esperando que todo acabe y pensando en mi madre. Esperando el silencio, pero no llega. Y al abrir con temor los ojos veo como el coche sigue avanzando en la misma dirección. Y aunque lo siga intentando, no gira. Y no puedo evitar rogarle a Dios que  me perdone por esto. "

Dejo de pensar otra vez y vuelvo a la realidad. Todo esto, no puedo decírselo, porque sonaría como un mentiroso, porque al final no lo hice, porque de nada sirvió girar el volante. Y no es el momento para decir esto. Siento que solo puedo llorar, pero decido que debo ser fuerte y vuelvo a levantar la cabeza para mirarla. Me está mirando y, en cuanto sus ojos se cruzan con los míos, veo como se humedecen rápidamente y al instante comienza a llorar. Las lágrimas corren por su cara pero su expresión no cambia. Solo me mira con tristeza y habla.
- Te creo, Daniel. Esto no es culpa tuya, estoy segura.-Comienza a decir hasta que se le quiebra la voz.

- Seguro que hay algo más,algo que desconocemos, pero ahora da igual. Solo me alegro de que estés bien. Solo necesito que me abraces, por favor- Me dice en un susurro.
Estoy tan asustado y confuso que al principio pienso que me lo he imaginado, pero no lo he hecho. ¿ No me odia ? ¿ Lo entiende ?  No puedo creer que no esté enfadada conmigo o piense que realmente todo ha sido culpa mía. Me acerco hasta ella lentamente, con miedo a que cambie de opinión,peor parece que no lo hace. Cuando la tengo muy cerca, la miro a los ojos.  Me quedo así unos segundos, sintiéndome el responsable de que tenga esa mirada tan triste ahora mismo.  Me detengo y no hago ningún movimiento. De repente ella se lanza a mis brazos, sin previo aviso, y llora como una niña, llora apoyada en mí, como aquella vez en el instituto. La rodeo con mis brazos e intento consolarla, aunque no puedo evitar decirme a mi mismo que yo tengo la culpa de todo, que estoy intentando que no llore cuando soy yo el que la ha hecho llorar así.
Ella acerca la cabeza a mi hombro y me susurra al oído.
- No te culpo de nada, de verdad. Solo quiero que me abraces, porque solo el pensar que podía perderte ha sido lo peor de todo. No te vayas, por favor. Quédate conmigo-
Sigo sintiéndome fatal, pero sus palabras parecen quitarme un gran peso de encima. Es como si mi alma volviese a estar curada. La abrazo con fuerza y dejo que llore en mi hombro mientras yo lloro en el suyo.  Sobran las palabras. No sé lo que pasará más adelante ni como acabará todo esto, pero ahora mismo me da igual. Solo sé que la necesito, que la quiero conmigo. Todo lo demás me sobra.
Y así, abrazados pasamos los minutos. Me inclino con cuidado y le beso la mejilla suavemente. Ella se aparta entonces con cuidado y mis mejillas se sonrojan al pensar que quizás no debería haberla besado.
Entonces, para mi sorpresa, me mira. Y me mira de otra forma. Sonríe tímidamente y no puedo evitar sonrojarme más.
- Todo saldrá bien- Me dice entre sollozos. Y no puedo evitar pensar, una vez más, que es estupenda, que no hay nadie como ella, capaz de sacarte una sonrisa hasta en estos momentos en los que se encuentra mal y tú también.
Y entonces, no puedo evitar coger su rostro con mis manos y sonreír al mirarla. Vuelvo a sentir esas mariposas en el estómago y me dejo llevar por esa nueva sensación.
- ¿ Sabes que eres increíble ? - Le digo entre sonrisas.
- Me lo dicen a veces- Respondes con cara burlona mientras sonríes.
Y entonces me doy cuenta de que algo ha vuelto a mi interior. Es como si todo volviese a ser como antes, como si la vida me diese una nueva oportunidad. Definitivamente he recobrado la fe.
Y me acerco a ti y te beso. Te beso como nunca besé a nadie y no puedo evitar sonreír a la vez. Es como si todas las estrellas volviesen al cielo, o como si yo las viese otra vez. Estoy seguro de que mi madre está orgullosa, allí donde esté, porque por fin he cumplido mi promesa.

domingo, 21 de julio de 2013

Disculpas ( de nuevo )

Sí, lo sé. Soy la peor persona del mundo porque os he tenido más de un mes sin subir un miserable capítulo. Y lo siento mucho. He estado de vacaciones desde el día 20 de Junio hasta ayer y siento decir que en el pueblo al que voy, no hay piscina, ni hoteles....Ni WIFI !!  Os pido miles de perdones y prometo que a partir de ahora voy a subir más a menudo ya que es verano. Por el momento puedo prometer que en el próximo capítulo va a haBer una pEqueña SOrpresa... Haber quien lo pilla ;)
Un abrazooo.

domingo, 2 de junio de 2013

Lágrimas

Intento tranquilizarme, aunque no funciona. Comienzo a sentir que me falta el aire y abro la boca desesperada para intentar tragar bocanadas de aire que parecen no relajarme en absoluto. Necesito calmarme. Cálmate Sandra,cálmate... Comienzo a asimilarlo. Me han operado de la garganta, eso está claro pero...¿ Y si no consigo volver a hablar ? Vuelvo a notar como la angustia vuelve a apoderarse de mí por lo que decido dejar de pensar en ello. Ahora lo más importante es ver a Leo. Decido seguir andando hasta que consigo abrir la puerta de la habitación. Salgo a un pasillo blanco que se extiende hacia mi derecha e izquierda. De repente diviso al médico que me ha visitado antes en una esquina, hablando con una enfermera. Comienzo a andar mas deprisa hacia él hasta que, cuando lo tengo a unos pocos metros de mí, se percata de mi presencia, me mira con preocupación, y echa a andar hacia mí pidiéndome que pare.
-Para Sandra,para. Aún estás muy débil,podrías caerte- Me dice con un tono de preocupación. Al momento de decir esto baja un poco la vista y se percata de que el parche de mi cuello está descolocado. Vuelve a levantar la mirada y me mira a los ojos.
-No deberías haberte quitado eso, Sandra. Ya te he dicho que te operamos apenas dos días. La cicatriz sigue siendo reciente.- Me explica despacio.
 El médico se percata de mi cara de asombro y preocupación. Es como si adivinase que yo no sabía lo de la operación, solo lo intuía. La verdad es que me siento un tanto avergonzada por no haberle hecho caso cuando me estaba explicando mi situación.
-No has oído ni una palabra de lo que te he dicho antes, ¿ me equivoco ? - Me dice con una tímida sonrisa y cara de comprensión.-  Sandra, hemos tenido que operarte de la garganta. Toda tu laringe fue atravesada por uno de los cristales del coche durante el impacto, causándote una hemorragia importante y dejando tus cuerdas vocales en mal estado. Las hemos estado reconstruyendo y hemos cosido muchas zonas. La operación ha salido muy bien, aunque no puedo garantizarte que puedas recuperar el habla...- Me dice lentamente y bajando la mirada mientras pronuncia la última frase.
No puedo evitar preocuparme y sentirme muy desdichada. Aun así lo único que me preocupa en estos momentos es ver a Leo, y así se lo hago saber al doctor mediante otro papel y un boli. Él me acompaña hasta la habitación, abre la puerta, y la cierra detrás de mí para dejarme sola con él. Apenas entro veo su cuerpo postrado en la cama. No se mueve, ni un ápice. Se encuentra tumbado en la cama boca arriba.Sus ojos azules cerrados y su cara serena. Es como si durmiese plácidamente, lo que me preocupa es que su sueño dure para siempre. Echo a andar hacia él y me siento en la silla colocada junto a su cama. Alargo tímidamente el brazo y agarro su mano. Tan pronto como lo hago un escalofrío me recorre todo el cuerpo y siento ganas de llorar. Intento reprimirme, pero no puedo. Sé que si ahora mismo pudieses verme me dirías que no lo hiciera, que no llorase...Que no te gusta que lo haga, pero no puedo evitarlo. Solo espero que vuelvas aquí, conmigo. Desde donde quiera que estés...Vuelve. Ojalá tuviese ahora aquí a mi Leo. Al pesado que no puede parar quieto ni un segundo y que se pasa todo el jodido día chinchándome. Ese es el leo que yo quiero, ese es el hermano que no quiero perder nunca. Me agacho y lloro durante mucho rato, demasiado. Llego a pensar que me quedaré sin lágrimas, aunque por desgracia eso no ocurre.
 De repente llaman a la puerta y alguien la abre. Me apresuro a levantar la cabeza y no puedo evitar volver a llorar. Mi madre se encuentra en la puerta, sentada en una silla de ruedas con una escayola en la pierna derecha. En cuanto me ve no puede evitar emocionarse y veo como sonríe y como llora sin poder evitarlo. Su cara tiene algunos arañazos y parece cansada aunque por lo demás me alegra comprobar que se encuentra bien. Corro hacia ella y la abrazo en silencio, sin ningún sonido mas que el de su llanto. Cierro los ojos y sumerjo mi cara entre su pelo, como un día hizo una niña asustada que siempre buscaba refugio en esos brazos. Disfruto de la sensación de tenerla conmigo, porque solo el hecho de pensar que podía haberla perdido, me hace apreciar aún más ese momento a su lado.
Es entonces cuando veo que no viene sola. Tras ella está mi padre, que me mira emocionado al darse cuenta de que levanto la cabeza para mirarle. Aunque me gustaría quedarme así siempre, suelto a mi madre y ahora abrazo a mi padre. Lo miro de arriba abajo, comprobando que está bien. Solo unos rasguños, nada más. Lo abrazo y el hombre llora como un niño. Me parece que es la primera vez que lo veo llorar. Solo espero que sea también la última, porque de lo contrario, no lo soportaría. Mi padre me abraza fuerte, como si tuviese miedo de que fuese a desvanecerme. Hablaría con ellos, les diría que los quiero y lo mucho que me alegro de que estén bien, pero no puedo y confío en que mis ojos digan por mí lo que yo no puedo. Ellos parecen entenderlo.
-Ya sabemos lo de tu garganta cielo. No te preocupes por nada, todo se arreglara, ya lo veras...Todo- Concluye mi padre mientras mira a Leo, que sigue quieto en su cama,ajeno a todo. Comienzo a pensar que quizás sí que puede escucharnos. Quizás oye lo que decimos. Dicen que el oído es lo último que se pierde. Decido que quiero hablar con él. No estoy segura de que vaya a poder escucharme,pero vale la pena intentarlo. Tras unos cuantos minutos escuchando hablar a mis padres, decido que es mejor dejarles descansar, pues parecen cansados. Les escribo una nota para que sepan que quiero estar a solas con Leo y ellos llevan a cabo lo que les pido.
En cuanto la puerta se cierra me dirijo hacia la pequeña silla y miro a Leo con tristeza y cariño, mientras le acaricio la mejilla con dulzura. Es como si en mi cabeza él dijese " quita esa mano". Seguro que,de poder, diría eso...Siempre lo decía. No puedo evitar recordar todas sus manías con cariño.Sonrío y lloro, todo a la vez. Vuelvo a coger su mano y respiro hondo. Cierro los ojos y pienso durante unos instantes en lo que le quiero decir, aunque mas que hablar me temo que solo podré pensar. Espero, aun así, que me escuche.
" Hola enano. Ni siquiera estoy segura de que puedas oír esto, pero ya sabes lo mucho que me gusta darte discursitos, así que aquí va uno. Sé que no te lo digo lo suficiente, que debería dejártelo claro cada mañana, cada vez que te veo, pero quiero que sepas que te quiero. Siempre estábamos juntos de pequeños. Recuerdo cuando jugábamos en el parque de pequeños, cuando me dejabas ganar a todos los juegos de cartas para que no me pusiese triste. Recuerdo como me defendías cuando tus amigos mayores se metían conmigo y me llamaban canija... Supongo que siempre estabas ahí conmigo, aunque me costase verlo. Por mucho que riñésemos, tu siempre me apoyaste en todo. Ojalá pudiese ayudarte yo esta vez. Estoy segura de que aunque pudiese, seguiría estando en deuda contigo, porque te debo tanto... Necesito que vuelvas conmigo. Nunca he sabido como decírtelo, siempre me dio un poco de vergüenza, pero quiero que sepas que haber tenido la oportunidad de conocerte,de ser tu amiga, de ser tu hermana, de compartir todo esos momentos....Eso es lo mejor que me ha pasado. Que yo solo quiero estar contigo y cuidarte y ayudarte...Toda mi vida. Nunca te lo confesé pero...Siempre que estaba avergonzada o triste y tu me abrazabas, todo lo malo, parecía menos malo. Ojalá a ti te esté pasando lo mismo ahora. Te quiero, Leo "
Cuando termino me doy cuenta que hace rato que he empezado a llorar. Que mas da. Me seco la cara de lágrimas y me quedo allí sentada, a su lado, sin dejar de soltar su mano. Solo quiero que esté bien...Que vuelva conmigo, que pueda volver a disfrutar de la vida que tenía.
Estoy inmersa en mis pensamientos cuando,de repente, llaman a la puerta. Ni siquiera me molesto en decir nada, ni siquiera giro la cabeza hacia la puerta. De todas formas alguien la abre y oigo como la cierra tras sus espaldas. Entonces si que giro la cabeza para ver quien es. Y desearía no haberlo hecho nunca. Mi cara se torna confusa en cuanto le veo, en cuanto mi corazón da un vuelco tan grande que incluso me asusto. No puede ser él, no tiene sentido, pero está claro que no me equivoco. Allí está Daniel, de pie junto a la puerta cerrada, mirándome. No es así como imaginé que sería nuestro reencuentro. Desde que me desperté aquí no he tenido mucho tiempo para pensar en él. Solo sé que le quiero. Que tardé mucho en darme cuenta, que le hice mucho daño rechazándole, pero aun así en el pueblo me di cuenta de que quiero estar con él, de que no necesito esperar. Solo necesito que me abrace, haciendo desaparecer todo el dolor de mi corazón. No necesito mas tiempo para aclarar las cosas, ya está claro que toda mi vida en el pueblo acabó. Ahora, si he de empezar un nuevo capítulo de mi historia, quiero que él sea el protagonista que llene todas las páginas.

Me percato de su cara de tristeza y,aunque me extraña un poco, decido dejarme de tonterías. No puedo evitar sonreír y abro la boca para decirle que lo siento. Lástima que ningún sonido salga de ella. Espero a que él diga algo, a que pregunte qué me pasa. Quiero decirle tantas cosas. Solo quiero hablar con él. Solo quiero besarle, pero su cara, triste y dolida, me incomoda y me paraliza. ¿ Qué le pasa ? ¿ Acaso no se alegra de ver que estoy bien ? No entiendo nada, una vez más. Decido esperar a que hable,pero pasa el tiempo y no lo hace. Yo solo quiero pedirle perdón. Ojalá pudiese decirle lo mucho que está empezando a gustarme. Ojalá él dijese algo. Me limito a mirarle y mil y un pensamientos recorren mi mente.
Se acabó el tiempo, no puedo esperar más. Ya que no puedo decirle nada, será mejor que me exprese de otra manera. Siento miedo y vergüenza, esto es muy difícil y no lo he hecho nunca. ¿ Y si está tan dolido que no quiere saber nada de mí ? No,no puede ser eso. Si fuese así, ¿ que hace entonces aquí ? No es momento para dudar. Es ahora o nunca. Lo necesito. Le he echado tanto de menos...Ahora no es momento de acovardarme. Será mejor hacerlo rápido, antes de que cambie de idea.
Me levanto de la silla y suelto la mano de Leo. Corro hacia él y por un momento pienso que he hecho mal en hacer esto. Su cara no cambia, sigue mirándome tristemente y no se mueve, no hace nada. Me asusta su reacción. No le doy tiempo ha hacer nada, agarro su cuello con mis manos, lo atraigo hacia mí y lo beso con desesperación. Es como si no pasase nada. Espero algo, la mas mínima reacción. En mi cabeza hay dos opciones: Que me empuje, me aparte de él y me diga que soy una sinvergüenza por jugar así con él o que me acerque a él y me bese como si fuese a morir por ello. Espero y espero a que se cumpla la segunda, pero pasan los segundos y no hace nada. Es como besar una estatua de cera. No sé qué estará significando eso para él, pero mi corazón late a mil por hora. Siento un hormigueo en la tripa y solo quiero acercarlo más a mí. Solo quiero que me diga que no volveremos a separarnos, que todo ha pasado, que lo tengo a él. Quiero sentir hoy, mas que nunca, que está aquí, conmigo, pero no ocurre nada.
 Nada. Hasta que de repente se me rompe el corazón. Me acaba de agarrar por los brazos y me aparta de él con suavidad. Me lo temía. Debe odiarme por todo lo que le he hecho.
No intento nada. Dejo que me aparte de él y me quedo de pie enfrente suya, mirándolo desconsolada. Al instante una lágrima recorre mi mejilla y me siento fatal. Fatal porque lo he perdido para siempre. Le miro esperando a que me diga lo horrible que soy y que no quiere volver a verme, pero en vez de eso sigue mirándome unos segundos más en silencio. Es entonces cuando me doy cuenta de la terrible tristeza que desprende su mirada. Entonces empiezo a pensar. ¿ Qué está haciendo aquí ? ¿ Cómo ha sabido lo que me ha pasado ? No me da tiempo a seguir pensado porque el chico comienza a hablar.
- Lo...Lo...Lo siento Sandra, de verdad. por favor, no llores- Me dice con aun voz que me asusta por su angustia.
Se le ve cansado, muy cansado. Su pelo, que ahora mismo está mojado y alborotado, le cae sobre la frente. Sus ojos azules, esos ojos que siempre me han encantado, parecen tristes y están rodeados de unas ojeras tremendas. Es como si esos ojos, que siempre habían desprendido luz y vida, ahora se hubiesen apagado.
No puedo seguir mirándolos porque aparta su mirada de la mía y la dirige al suelo.
- Tengo muchas cosas que explicarte, lo se.- Continua diciendo ante mi atónita mirada.
Decido dejarle hablar porque tampoco es que pueda contestarle nada.
- No es que te odie, tranquila. Estoy seguro de que estás pensando eso. Es totalmente al revés. No te merezco en absoluto. Es todo culpa mía- Termina por decir con voz entrecortada.
El momento siguiente a esas palabras, me parece que nunca lo olvidaré. Ese fue el momento en el que vi a un ángel llorar.
 Sus ojos se llenan de lágrimas rápidamente y no se molesta en retirarlas con su mano. Su pelo alborotado cae sobre su frente. Sus ojos se tornan de un color verdoso tras todas esas lágrimas. No puedo evitar acercarme. Doy unos pasos y, aunque espero un nuevo rechazo, alargo la mano y toco su cara. Por un momento me mira con cariño, pero tras un segundo todo se desvanece. Vuelve a agarrar mi mano y a alejarla de su cara con cuidado. Mi cara vuelve a reflejar confusión.
- Perdóname. Yo... Yo te...Bueno, a mi me gustas mucho Sandra, pero no puedo estar contigo. No puedo- Continua diciendo entre lágrimas.
No lo entiendo, no lo entiendo. ¿ Por qué ? Si tanto me odia que no quiere estar conmigo que me lo diga ya, porque esto me está matando. Me encantaría poder hablar para decirle que no entiendo nada, que me explique por qué. ¿ Por qué parece que se le rompe el corazón cada vez que me mira ? Entonces, de repente, deja de llorar y veo como aprieta los puños. Su rostro se torna enfadado. Se mezcla la tristeza con la rabia.
-Soy un cabrón. Realmente lo soy- Grita con rabia y asco.
Mi cara sigue mostrando confusión,cada vez más. Entonces una última lágrima cruza su cara y sus ojos, que estaban mirando hacia el suelo, vuelven a cruzarse con los mios. Así, mirándome, dice la última frase.
-Sandra...Fui yo quien llevaba el coche que se estrelló contra vosotros-

miércoles, 15 de mayo de 2013

Pesadillas

 Antes de nada quería decir una cosita : LO SIENTO LO SIENTO LO SIENTO LO SIENTO !!!
Sé que he tardado siglos en escribir y no va a volver a pasar. El problema es que he estado con exámenes y trabajos interminables ( si vais a bachiller fijo que lo entendéis )  Espero poder compensaros con este capítulo =)



Silencio, eso es todo. Solo silencio. Hasta que de repente algo cambia. De repente es como si alguien hubiese tocado el botón de "encendido" de mi cuerpo. Comienzo a  sentir algo, como un hormigueo que me recorre las piernas y se extiende por todo mi cuerpo. Intento abrir los ojos instintivamente,pero incluso ese simple movimiento me resulta increiblemente doloroso y costoso. Comienzo a pensar. ¿ Qué ha pasado ? ¿ Donde estoy ? Veo una habitación totalmente blanca, como salida de un cuento. Llego a pensar que estoy muerta, aunque no es así como me imaginaba el cielo exactamente. Mis ojos recorren ansiosos toda la habitación. Un simple sillón y un armario son la única decoración. Una diminuta televisión se encuentra en frente de mí. No hay nadie aquí,estoy sola. Intento concentrarme,pensar,sacar algo en claro. Pero la verdad es que cuando intento rebuscar en mi memoria en busca de un recuerdo, es como mirar un agujero negro. Nada.
No recuerdo nada. Me asusto al pensar que quizás he perdido totalmente la memoria. Intento calmarme. Comienzo a pensar en las cosas más simples.
 Mi nombre es Sandra, eso lo tengo claro. Mis padres , mi hermano y yo somos de un pueblo llamado Lúroz. Hemos vivido allí toda la vida. Mi hermano se llama Leo... Nada más. Recuerdo mi infancia, mi vida en el pueblo. Todos esos recuerdos permanecen intactos. Recuerdo que me mudé a San Sebastian, recuerdo el instituto. Recuerdo las noches en vela llorando a la amiga que creía tener y que había perdido. Recuerdo ir al mar. Recuerdo que casi me ahogo. Recuerdo ser arrastrada fuera del agua. Y le recuerdo a él. Daniel. Mi ángel de la guarda. Recuerdo verle en el instituto. Recuerdo...Recuerdo besarle. Y recuerdo romperle el corazón rompiendo así el mío. Recuerdo regresar al pueblo. Recuerdo ir a hablar con Lucas, recuerdo odiarle. Recuerdo salir de su casa,encontrarme con Ana y pelearnos hasta que me dí cuenta de que la había perdido para siempre. Pero nada más.
Solo sé que íbamos a volver a San Sebastián. Nada, mi mente es una caja fuerte de la cual no tengo la llave ni la combinación. Se me pasan por la cabeza muchas ideas. No puede ser resaca. Yo no bebo. Tengo curiosidad y miedo. ¿ Que ha pasado? ¿ Por qué estoy yo en un hospital ? ¿ Por qué no están mis padres conmigo ? Intento levantarme, pero al instante un mareo me obliga a volver a tumbarme.
Cuando estoy comenzando a tener mucha ansiedad, alguien abre la puerta. Es una enfermera. Una chica rubia y bajita de unos treinta años. Parece sorprenderse al verme consciente. Sin decir nada sale a toda prisa de la habitación y, aunque intento retenerla, no consigo gritarle nada. Solo emito un sonido desesperado. Es como si se me hubiese olvidado hablar. Me siento estúpida. Me siento invecil.  Vuelvo a intentar llamarla. Vuelve a ser un intento inútil.
Al instante vuelve a abrirse la puerta y entra la enfermera, la misma de antes,acompañada por un señor más mayor, un médico.
 Se acerca a mí y respira aliviado al verme.
-Por fin te despiertas, bella durmiente- Me dice con buen humor.
Vuelvo a intentar contestarle. En cuanto abro la boca e intento hablar, un dolor agudo invade mi garganta.
La expresión del médico cambia. Ahora parece preocupado. Me hace un gesto para que pare y yo dejo de intentar hablar.
-Supongo que tendrás muchas preguntas. ¿ Recuerdas que ha pasado ? ¿ Sabes por qué estas aquí?-
Rendida,me limito a negar con la cabeza en lugar de responderle verbalmente.
- No te preocupes, no es problema de tu cerebro ni nada parecido. Tu memoria se mantiene perfecta. Solo estás confundida y aturdida. Te ayudaré un poco, si quieres- Hace una pausa esperando mi respuesta.  Le digo  que sí con un gesto de cabeza.
- Tuviste un accidente. Un accidente de coche- Para de hablar y contempla mi cara. Comienzo a esforzarme por pensar. Intento revivir el último día en el pueblo.De repente es como si alguien hubiese descorrido una cortina delante de mí. Lo veo todo claro. Estábamos en el coche. Yo y Leo íbamos atrás. Estábamos en un peaje. Entonces...Entonces...Un coche vino por detrás y luego solo hubo silencio.
El médico contempla mi cara de preocupación. Y es que estoy poniéndome histérica. Dios.. Es verdad. Tuvimos un accidente. Un montón de preguntas surgen de repente en mi mente como una cascada. Yo he sobrevivido, estoy bien pero... ¿ Y mis padres ? ¿ Y Leo? Si les ha pasado algo yo... No sabría que hacer. Comienzo a llorar desesperadamente. Vuelvo a abrir la boca para hablar. Necesito preguntarle donde está mi familia. Necesito una respuesta ya. Vuelvo a sentir un gran dolor en mi garganta, pero lo ignoro. Sigo intentando comunicarme con él, pero solo consigo que el dolor aumente y de mi boca no sale ningún sonido.
El doctor me agarra del brazo y me pide que pare. No le escucho. Sigo llorando, la garganta me sigue doliendo y me siento impotente. El doctor parece comprender lo que quiero.
- Tranquila, tranquila. Tus padres están bien. Tu padre tenía un corte en la cabeza pero con unos cuantos puntos ya está bien. Tu madre se rompió la pierna en el impacto. Nada que una escayola no pueda curar- Me dice con un tono totalmente tranquilizador.
Por un momento dejo de preocuparme. Vuelvo a estar relativamente tranquila porque sé que ellos están bien. Pero todo vuelve a tornarse horrible cuando pienso en Leo. ¿ Por qué no me ha dicho cómo está él ?  Vuelvo a tener ganas de llorar. Levanto el brazo con gran esfuerzo y consigo señalarle. Señalo una pequeña libreta que el hombre guarda en el bolsillo de su bata blanca junto con un boli.
Como él no me dice nada, tendré que preguntar yo. El hombre me entiende a la perfección y me pasa la libreta y el boli. Con mano temblorosa comienzo  a escribir. " ¿ Cómo está mi hermano Leo ? " Escribo con gran esfuerzo y con pésima letra sobre el papel.
La cara del doctor se vuelve sombría durante un momento. Aunque vuelve a tornarse amable al instante, yo lo aprecio. No dice nada durante un momento. Me mira con intensidad. Me preocupo cada vez más y más y una idea cada vez más clara ronda mi mente al tiempo que comienzo a sentir que me falta el aire: Está buscando las palabras mas apropiadas para decírmelo. Para decirme que Leo está muerto. Tras unos segundos casi interminables, el médico comienza a hablar.

-Tu hermano iba sentado en la parte trasera del coche, al igual que tú. Tú debiste de agacharte momentos antes del impacto, porque no sufriste ningún impacto en la cabeza debido a la inercia. La verdad es que has tenido mucha suerte. En cambio él...No tuvo la misma suerte. Tu hermano se golpeó la cabeza contra el asiento delantero y  el impacto le provocó una importante lesión cerebral. Está en coma, lo siento mucho. Pero no es irreversible, hay un cuarenta por ciento de posibilidadesde que salga del coma sin secuelas importantes.-
Intenta tranquilizarme y sigue hablando, aunque yo no escucho nada más. Leo está en coma. ¿ Y si no vuelve a despertar ? Puede que haya perdido a Leo, o por lo menos al Leo que yo conocía. Lloro como una niña muchísimo rato y, ni las muestras de comprensión y cariño del médico ni los calmantes que me dan para la garganta consiguen que me sienta mejor. Intento buscar el lado positivo. Puede que vuelva a ser el mismo, puede que salga de esta. Intento calmarme pero no llego a conseguirlo del todo hasta pasadas unas horas. Solo quiero verle. Solo eso. Decido intentar levantarme. El médico no ha dicho que tenga ningún hueso roto. Aunque tampoco le he dejado que me explique nada. En cuanto me ha dicho lo de Leo le he pedido que se fuese para poder llorarle en la intimidad. Me ha estado explicando mi situación, aunque ni siquiera le estaba escuchando. Solo asentía de vez en cuando, aunque no escuchaba nada. Tal vez no quería escuchar lo que tenía que decirme. Tal vez me daba demasiado miedo recibir otra mala noticia.¿ Y si yo también estoy mal ? No parece que tenga nada grave,por lo menos sé que puedo mover las piernas y los brazos.
Comienzo a levantarme poco a poco. Es como si mi cuerpo pesase una tonelada, pero después de un buen rato, lo consigo. Vale le pena el esfuerzo con tal de ver a Leo. Cuando por fin estoy sentada en la cama, comienzo a ponerme en pie con cuidado. Mis pies por fin tocan el suelo y decido apoyarme sobre ellos. Al principio es una sensación extraña, como si caminase por primera vez. Me cuesta un poco equilibrarme y por un momento pienso que voy a caer. Luego consigo estabilizarme y doy el primer paso apoyada en la pared. Paso tras paso consigo llegar al baño.
Por fin puedo mirarme en el espejo. Mi cara sigue igual. Solo tengo unos cuantos cortes por la frente y el pómulo derecho. Examino mis brazos y veo también cortes en ellos. Lo mismo ocurre con mis piernas. Me desabrocho la bata del hospital y examino mi espalda. Veo una linea negra rodeada de piel enrojecida. Me doy cuenta de que me han dado puntos allí.  Vuelvo a mirarme en el espejo. Estoy contenta porque parece que no tengo ningún problema grave. Entonces una punzada de dolor me atraviesa el cuello y me acuerdo de mi garganta y de que no puedo hablar, aunque no sé por que. Todavía no me he examinado el cuello. Tengo miedo de lo que pueda encontrar debajo de la bata. Pero tengo que saber si estoy bien. Cierro los ojos, me armo de valor y me desabrocho el botón delantero de la bata. Introduzco mi mano por el tejido y toco mi piel. Todo parece normal, hasta que noto una superficie elevada y suave. Abro los ojos extrañada y observo mi garganta. Tengo una especie de parche colocado en el cuello. Unas gasas sujetadas con esparadrapo a mi cuello tapan parte de este, aunque no sé por qué. Quizás se trate de otro corte, esta vez un poco más profundo. Decido salir de dudas y, aunque sé que no debería, retiro con cuidado el parche de mi cuello. Siento dolor al hacerlo,pero no paro.
 Mantengo los ojos cerrados mientras retiro el parche de mi cuello y cuando por fin lo tengo en la mano, decido abrirlos poco a poco. En el mismo momento en el que entorno los ojos y veo mi cuello me doy cuenta de que algo va mal. No puedo evitar llevarme la mano a la boca. Gritaría, pero no puedo.  Tengo una gran cicatriz en el cuello, no como las otras, esta es mucho peor. Una linea de puntos recorre mi garganta cerrando lo que debió de ser una gran herida. Entonces recuerdo haber oído al médico hablar acerca de una operación, aunque yo no le estaba escuchando en ese momento.
Antes de que me de tiempo de fijarme en mas detalles, mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas que nublan mi visión. Siento que pierdo las fuerzas.Comienzo a pensar que esto no puede ser real, no puede ser...Todo esto tiene que ser un mal sueño, todo es solo una pesadilla. Esto no ha pasado, no ha podido pasar. No me he ido del pueblo, es mentira. No he perdido a Ana, ni a Lucas. No me he mudado, es imposible. Sigo allí, en Luroz, esto es un mal sueño, nada más. Un mal sueño del que quiero despertar. Quiero que todo desaparezca. Quiero olvidar que perdí a mi mejor amiga, quiero olvidar que Lucas no es la persona que yo creía, que nunca me quiso. Quiero seguir en mi pueblo, quiero recuperar mi vida, quiero que se acabe esta jodida pesadilla de una vez... O quizás no quiero. Quizás no quiero despertar de este sueño,  quizás debería seguir dormida. Porque esto no es una pesadilla,sino un sueño, porque en las pesadillas no hay ángeles, en las pesadillas no te enamoras...Porque por muy duro que todo esto sea y por muy duro que sea mi sueño, sé que él está conmigo, ayudándome a dormir . Y si en mi sueño está él, no quiero despertarme.

lunes, 18 de marzo de 2013

Silencio

Avanzo hasta el salón de la casa de Lucas mientras noto,a mis espaldas, como camina detrás mía. Sin que él me diga nada me siento en el primer sitio que pillo. Estoy tan enfadada. Necesito la verdad,necesito que él me confirme lo que Leo ya me ha explicado. Necesito oírlo de sus propios labios. Lucas se sienta a mi lado y se queda mirándome. Mantengo una expresión seria e intento mantener la calma.
- ¿ Por qué no me lo dijiste? - Le pregunto sin más,pensando que él entenderá a qué me refiero.
-¿ Decirte el qué Sandrita ?- Me pregunta mientras se ríe y el ambiente se llena de un intenso olor a alcohol.
Me empiezo a cabrear. No debería haber venido. Debería haberle dejado solo, con su mierda de botella y largarme a casa. Pero necesitaba esta explicación. Necesito su explicación, la suya.
- ¿ Por qué no me dijiste que salías con Ana ?- Le pregunto secamente sin cambiar la expresión de mi cara y mirándole a los ojos,esos ojos que una vez fueron embelesadores para mí.
- ¿ Por qué tendría que habértelo dicho? Eso te lo tendría que haber comentado tu amiguita Ana, ¿ no ? A mí no me vengas con historias- Me contestas con tono de burla. En tu cara se dibuja una media sonrisa,arrogante y despreocupada.
Noto como un calor sofocante llega hasta mis pómulos. Estoy muy enfadada,pero no paro.
- Eso da igual. Me parece que ese era un detalle a mencionar. Por lo menos podías habermelo comentado antes de besarme- Le recrimino subiendo la voz.
- Lo primero. Para mí Ana es solo un pasatiempo, un lío. No estoy obligado a enrollarme solo con ella,cielo.-
Ahora sí que termino de explotar.
- ¿ Como puedes decir eso de ella ? ¿ Le has comentado alguna vez a ella que para ti es solo un pasatiempos? Porque me parece que ella siente algo más que eso por ti.- Le grito a la cara mientras me levanto del sofá enfurecida.
Pareces un poco sorprendido,pero la sonrisa no se borra de tu cara. Me miras con curiosidad.
- Eso es lo que hay. Si no le gusta,ya me encontraré a otra,igual que te encontré a tí el día de la fiesta.- Añades mientras tu risa se torna en una carcajada.
No puedo creerlo. Eso es todo lo que he significado para él. Soy un lío, un plan B para cuando Lucas no tenía a su novia. Siento algo dentro de mi pecho. Un vacío,una sensación terrible. Un odio incontrolable. Aprieto los puños y hago todo lo posible por no llorar. Porque no se merece verme llorar.
Saco fuerzas de donde no las hay para conseguir lanzar una última frase antes de salir corriendo.
- Pues conmigo no cuentes para eso. Espero que algún día dejes toda esta mierda en la que te has metido. ¿ Y sabes qué ? Que hoy has perdido algo mucho más importante que tus rollos o tus botellas de alcohol. Hoy has perdido a la única de todas esas chicas con las que has tonteado que te ha querido de verdad.- Le digo con el tono más sereno del que soy capaz. Aun así parece notar como tiembla mi voz y vuelve a emitir una sonora carcajada.
Una lágrima se mueve por mi mejilla al tiempo que le digo la única frase que ronda por mi cabeza en este momento.
-Vete a la mierda-
Ya está. Todo se ha acabado. Salgo corriendo por el pasillo,abro la puerta principal y me marcho de esa casa . Atravieso sus jardines,sus preciosos jardines que tantas veces había admirado. Veo de reojo ese lugar en el que Lucas me besó y,por primera vez, hay una parte de su jardín que me repugna. Salgo corriendo calle abajo hacia mi parque,nuestro parque,el de Ana y mío,pero que ahora parece un sitio mucho más solitario que antes. Me siento en nuestro...bueno,en mi banco y dejo que la lluvia me moje el cabello y la cara. Me paso allí un rato y luego me levanto y cojo un atajo hasta mi casa. Camino con la cabeza agachada,para que nadie me vea el rostro. Entonces alguien me agarra por el hombro. Me deshago de la mano del desconocido rápidamente,pensando que es Lucas. Entonces le veo la cara. El pelo castaño cobrizo cayéndole sobre los hombro y la piel pálida como la nieve. Ana. me mira con tristeza mientras aparta su mano de mi hombro.
- Hola Sandra. Hacía mucho tiempo que no te veía. Te llamé pero tú no...- Comienza a decir hasta que la interrumpo.
- Ahórrate todo eso Ana. Nos conocemos desde que éramos unas crías. ¿ Por qué no me lo dijiste?- Le pregunto seriamente,aunque no puedo evitar emocionarme. Esta vez estoy segura de que ella si ha entendido a qué me refiero.
-Sandra yo....Lo siento mucho- Dice Ana mientras comienza a llorar- Sabía que él te gustaba y no... no quería que nos peleásemos por él. Tenía miedo de que me lo quitases. Siempre que me ha gustado un chico, él te ha prestado más atención a  ti que a mí. Por una vez era yo a la que él quería.- Intenta explicarse con nerviosismo y le cuesta hablar.
-Ana... Tú siempre me decías que los chicos de este pueblo no merecían la pena,que ninguno te gustaba. ¿ Ahora me dices que todos los chicos que te han gustado se fijaban en mí en vez de en ti? ¿ Por qué no me dijiste que te gustaban? ¿ Por qué te callaste? Eramos amigas,Ana, las amigas hablan de esas cosas. Si me lo hubieses dicho... Te juro que nunca intenté quitarte a ninguno de esos chicos.-
- Sandra... Joder, es que no lo entendía. No entendía por qué a ti. Encima parecía que no te dabas cuenta de que se morían por ti. Nunca te diste cuenta. Y yo siempre a tu sombra,a la sombra de una chica más guapa que no me dejaba nada para mí.-
- ¿ Como puedes decir eso? Yo nunca he salido con ninguno del instituto. Ana,si te sentías así,¿ por qué nunca lo dijiste ? Las amigas se apoyan,se ayudan...Nunca fue mi intención dejarte a un lado. Pensaba que estábamos bien,nunca pensé que te pudieses sentir despechada.-
-¡No es despecho joder! ¡ Era envidia !Tu siempre te has portado genial conmigo y éramos uña y carne pero... ¿ Por qué me ha tocado a mí ser la que no llamaba la atención, la tímida ? -
Enmudezco por un momento. Me estoy sintiendo fatal. Yo siempre pensé que las cosas entre nosotras iban bien, que aunque tuviésemos nuestros problemas, nos entendíamos.
-No puedo creer que digas eso. Nunca me dijiste que pensases eso de mí. Hemos vivido una mentira. Las amigas no se tienen envidia. Eso no es amistad, Ana- Le recrimino sintiéndome muy dolida.
-Pues no,no lo es. Nunca lo ha sido. Porque siempre me he sentido la mierda. Intentaba separarte de Lucas,peor él siempre te prefería a ti, por mucho que le dijese que no eras su chica ideal-
- ¿ Intentabas separarle de mí? ¿ Sabiendo lo mucho que me gustaba preferías no decirme nada y quedártelo tú? Joder Ana,yo siempre te lo contaba todo. Lo que tu has hecho no es ser una amiga! -
Comienzo a llorar porque toda mi esperanza de recuperar a mi amiga se ha ido. Lo he perdido todo,todo lo que pensaba que tenía era falso. Mi mundo se desmorona y decido alejarme.
Ana se ha quedado callada y me mira con lágrimas en los ojos.
-No vuelvas a hablarme,por favor- Le pido en un susurro- No quiero saber nada más de tí- Concluyo mientras me alejo caminando. Ana no me sigue,de echo creo que no se mueve,aunque no estoy segura porque no me doy la vuelta para asegurarme.
Lloro durante todo el camino hasta mi casa. Cuando por fin llego, no intento disimular las lágrimas. Mi madre se da cuenta de que algo me ocurre y acude a mi encuentro preocupada. Se lo cuento todo mientras lloro en su regazo. Lucas me abraza, pero no dice nada. Cuando por fin cesan las lágrimas,decido irme a dormir. Me tumbo y me duermo al instante. Cuando me despierto,me extraña no haber llorado en toda la noche. Me siento bien,renovada. Sigo sintiendo una punzada de dolor en el corazón,pero las ganas de llorar han desaparecido. Y yo ya sé porque. Ya sé porque no he tenido pesadillas.Porque han velado mis sueños,porque mi ángel me ha ayudado. Porque he soñado con él,he soñado que me abrazaba y me consolaba entre sus brazos. Y ya no sentía miedo, ya no sentía dolor en mi corazón. Porque él lo eliminaba ,él se lo llevaba lejos de mí. Porque todo el dolor que sentía en mi sueño, aunque fuese mucho, era menor que su amor. Porque su amor me calmaba,porque notaba su cariño,que se sobreponía a todo lo malo que pudiese haber en el mundo. Porque estaba conmigo,aunque fuese solo en sueños y, aunque fuese solo eso,un sueño, yo era feliz allí con él.
Me levanto de la cama y me dirijo al baño. Me miro en el espejo y me veo sonreír. Una sonrisa tonta, que no tiene mucho sentido después de todo lo que me ha pasado, pero que está aquí,dibujada en mi cara. Siento una extraña sensación. Mi corazón se acaba de dar cuenta de una cosa, y eso me hace sonreír. Siento miedo,miedo porque sé lo que mi corazón me está dictando, miedo porque, si le hago caso, puede que me vuelva a hacer daño. Miedo porque no debería estar tan segura después de todo lo que ocurrió ayer. ¿ Y si vuelvo a elegir a la persona equivocada? ¿ Y si no es lo que parece?
Pero no cabe duda. Acabo de despertar, ahora lo veo claro, y esta revelación puede llevarme a otra nueva decepción,pero aun así estoy dispuesta a arriesgarme, porque esta vez merece la pena. Estoy segura de una cosa:  Me he enamorado de él.Y no perderé mas tiempo.
Me visto a toda prisa y bajo a desayunar. Mis padres y Leo llevan un rato preparando las maletas porque hoy volvemos a casa tras muestro fin de semana en el pueblo. Mi madre me saluda y me pregunta si he dormido bien mientras me mira con cara de preocupación y comprensión. Leo observa la escena desde la otra punta de la mesa.
- Estoy bien mamá,en serio- Le respondo con la mayor de la sonrisas. Realmente me siento bien,aunque no sé si es normal que me sienta así después de lo ocurrido. Lo cierto es que sigo sintiendo una sensación extraña en el pecho,como si me comprimiesen el corazón, pero ahora que todo ha quedado claro y soy consiente de que esas personas no merecen la pena,que es mejor alejarse de ellas, me siento liberada. Por lo menos ahora no vivo en una mentira y he descubierto como eran en realidad. Mas vale tarde que nunca.
Leo, que ha debido de verme sonreír, sonríe también,aliviado. Realmente mi sonrisa ha debido de ser convincente,porque si hubiese sido fingida Leo se hubiese dado cuenta al instante.
Me pongo a desayunar mientras charlo animadamente con mi madre y con Leo. No me siento mal, me siento...Emocionada. Cuando por fin terminamos con el equipaje y mi padre nos comunica que ya  está todo metido en el coche,partimos de vuelta a San Sebastián.
El viaje es interminable. Al principio todo va bien. Yo escucho música e intento descansar,pero de repente, cuando comienzo a dormirme, aparece en mi cabeza la imagen de Daniel. Y eso me asusta. He tomado una decisión, creo estar segura por fin  de lo que siento y quiero que él también lo sepa. Quizás debería esperar un tiempo, teniendo en cuenta que fui yo misma la que le pidió tiempo hace unos días. Pero necesito decírselo. Ahora, que me siento tranquila sabiendo la verdad, aunque duela, necesito hablarlo con él. Si es que aún quiere hablar conmigo, y eso es lo que me asusta. Puede que ya le haya perdido para siempre y en ese caso sería todo culpa mía,porque fui yo la que le rechazó. La que no se atrevía a enamorarse,en parte porque aún soñaba con recuperar a Lucas. Pero estaba equivocada. Le quiero,le he querido desde el primer momento. Desde que me salvó,desde que me sonrió,desde que me besó... Yo creo que siempre le he querido.
 Solo espero que no sea demasiado tarde,que no me odie. Estoy asustada,me asusta su rechazo, su rencor. Porque sería comprensible. Intento no pensar en ello. Estamos ya cerca de casa, incluso veo el mar a lo lejos. Mi padre está cansado, lo noto en su mirada a través del espejo retrovisor. Reduce la velocidad cuando llegamos a un peaje. Hay muchos coches así que nos detenemos unos cincuenta metros antes de llegar a la cabina donde hemos de pagar. Me recuesto en el asiento y apago la música,que lleva sonando todo el camino.  De repente no sé qué me ocurre. Una intuición, una corazonada. Algo. Me estiro en el asiento y giro la cabeza para mirar hacia atrás por el espejo. Somos el último coche de la fila. De repente veo algo a lo lejos que se acerca rápido. Demasiado rápido. Es un coche,eso seguro. Lo miro confusa mientras se acerca. Cuando está a una distancia prudente, me doy cuenta de que, lejos de frenar,el coche acelera. Me quedo paralizada durante un instante. El coche viene hacia nosotros, en nuestra dirección. No hago nada, no me lo creo. Aunque hiciese algo,eso no cambiaría las cosas. De repente el coche acelera aún más y pega un giro brusco, luego otro. Sigue dirigiéndose hacia nosotros. Apenas me lo creo.
 Cuando el coche,que viene a toda velocidad, se encuentra unos pocos metros de nosotros, todo se vuelve lento. Apenas dura un parpadeo,pero parece una eternidad. Pienso en mi familia,esa es la primera imagen que tengo. Dicen que en estos casos ves pasar toda tu vida delante de tus ojos, pero yo no me veo de pequeña, no me veo en el parque jugando con la arena. Solo veo una foto mía con mis padres y Leo, de cuando yo tenía cinco años y Leo seis,casi siete. La foto desaparece y solo veo una cosa: A él. Veo sus ojos, veo su sonrisa, en general veo su cara la primera vez que hablé con el. Veo su pelo mojado porque acaba de sacarme del agua. La veo durante un instante, que para mi se hace eterno. Me está llamando, me grita,pero es como si no le escuchase. Le susurro, en mi cabeza, que lo siento. Porque yo sé lo que va a pasar, y siento que, al final, no vaya a poder decirle lo que siento.Cuando abro los ojos,solo me da tiempo a gritar. Solo un grito al mismo tiempo que el coche impacta contra nosotros tras un frenazo. Solo un grito y luego solo silencio.
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sábado, 16 de febrero de 2013

La verdad duele


" Narra Sandra"

Llevo todo lo que quedaba de semana alterada,nerviosa,pensando. El Viernes, hoy, me voy al pueblo otra vez. Ana y Lucas no saben que vuelvo, nadie a parte de mi familia lo sabe,de hecho. Solo espero que todo se aclare y que este mal sueño acabe por fin, aunque algo me dice que no será así. De repente me acuerdo de esa foto,de mi foto con Ana. Aquella que decidí guardar en una saliente de la pared de mi habitación. Me dirijo hacia ese escondite y verifico que sigue allí. Recogo la delicada foto, cuyas partes están pegadas con celo, y la miro con tristeza. Cómo ha cambiado todo en tan poco tiempo. Miro la cara de Ana que,al igual que la mía,era sonriente en aquel momento. Siento un nudo en la garganta. Rompería la foto en este momento, pero aún conservo la esperanza de arreglar todo esto,por mucho que parezca imposible. Deposito la foto en su escondite con cariño y comienzo a pensar en esos momentos vividos con Ana.
Mi madre me saca de mis pensamientos
-Corre Sandra, que nos vamos- Me grita desde la puerta de casa.
- Ya voy mamá,dame un momento- Contesto mientras agarro la maleta y la bajo por las escaleras.
No me cuesta mucho esfuerzo ya que solo nos vamos durante el fin de semana, por lo que la poca ropa que llevo me cabe en una pequeña maleta. Por fin llego a la puerta y allí me encuentro con mi madre,que me sonríe.
- ¿ Lista ? - Me pregunta
-Si - Contesto.
 ¿ Lista para qué ? ¿ Para enfrentarme a Lucas? ¿ Para que Ana me explique qué ocurrió aquella noche ? ¿ Lista para que me rompan otra vez el corazón? ¿ Lista para lo que pueda ocurrir ?
La verdad es que no,pero es demasiado tarde para echarse atrás.
Me subo en el coche y me siento al lado de Leo, que ya lleva un rato allí dentro. Mi padre arranca y comenzamos a movernos. Leo se mantiene en silencio durante el viaje, manteniendo pequeñas conversaciones con mi padre,mientras yo escucho música e intento dormir sin éxito.
El tiempo pasa rápido para mi. Los pensamientos se arremolinan en mi cabeza y dejan un gran vacío en mi corazón. Noto como Leo me dirige un par de miradas,pero no habla conmigo.
De repente el paisaje comienza a resultarme familiar. Ya hemos llegado. El ambiente húmedo,los árboles rodeándolo todo, los pastos... Todo me resulta tan familiar. Estoy en casa.
Por fin llegamos a mi antigua casa,que no ha cambiado nada,aunque era de esperar porque apenas llevamos fuera una semana.
En cuanto bajamos del coche cojo mi maleta y entro en casa tan rápido como un rayo. No quiero arriesgarme a que ellos me vean. Tiro la maleta sobre la cama,que se queja con un crujido. Mis padres y mi hermano siguen abajo,recogiendo el correo y descargando sus cosas. Me tumbo en el suelo con las manos sobre los ojos. Da miedo,mucho miedo. Miedo a la verdad. Miedo a descubrir que las que creía que eran las mejores personas del mundo son en realidad unos idiotas a los que nunca les importé.
Pero decido que es mejor saberlo. Descubrir la verdad es mejor que vivir imaginándose un millón de posibles respuestas a su comportamiento de esa noche. Estoy decidida a descubrirlo todo y a conseguir la explicación que creo que me merezco.
Abro la maleta y saco mi abrigo. No me peino ni me arreglo. Bajo las escaleras como un torbellino y me despido de mis padres.
- ¿ A donde vas cariño ? - Me pregunta mi madre desde la cocina.
-A ver a Ana- Respondo y,en parte, es verdad.
De repente oigo un ruido y Leo entra corriendo en la habitación.
- ¿ Como dices? ¿ Vas a ver a Ana ?- Pregunta seriamente. Distingo el miedo en sus ojos y eso me pone aún más nerviosa.
- Si ¿ Qué pasa? ¿ Hay algún problema con eso ?- Le pregunto confusa.
-No puedes ir...Todavía- Me responde.
No me deja tiempo a contestar ni preguntar nada. Simplemente me agarra del brazo y me saca de la casa. Nos alejamos unos metros,hasta el parque que hay cerca. Entonces pego un tirón y me suelto,cansada de tanta intriga.
- Leo,me estas asustando. ¿ Qué coño pasa ?- Le pregunto cuando siento que la angustia me domina.
-Tú no sabes lo que pasó esa noche, Sandra. Pero yo sí. - Replica mi hermano con nerviosismo.
Mi cara debe de volverse un poema,porque él me mira de una forma extraña y después continua al ver que yo no digo nada. Estoy demasiado confusa. No entiendo nada.
- Creo que es mejor que yo te diga la verdad,porque no creo que ellos te vayan a contar otra cosa que no sean mentiras.-
Me entran ganas de llorar. Me siento confusa,desesperada. No entiendo por qué no me ha contado esto antes. de qué está hablando. Sabe algo que yo no sé, algo malo a juzgar por su mirada triste y ansiosa por hablar.
- Leo, quiero saber qué pasa, por favor- Le suplico casi llorando.
Ha empezado a llover. Finas gotas de lluvia me mojan el pelo castaño, que dejó de ser rubio con el final del verano. No me importa mojarme,ni siquiera parezco sentir la lluvia.
Leo me mira con tristeza,toma aire y habla por fin.
- Ese día yo ya sabía lo de tu fiesta,de echo yo ayudé a organizarla. Lucas y yo lo hicimos todo. Lo que yo no sabía es lo idiota que es. Cuando entraste en la casa te vi feliz,contenta con la sorpresa y pensé que te llevarías un buen recuerdo del pueblo. Yo no...Yo no quería que te hicieran daño. Verás Sandra; Lucas... Lucas lleva ya unos meses saliendo con Ana. Yo no lo sabía,hasta  que el día de la fiesta me enteré.-
Ahora si que no entiendo nada. ¿ Por qué Ana no me dijo nada ?
Ante mi cara de confusión,Leo continua.
- Durante la fiesta,mientras tu hablabas con tus amigos, yo estaba con Lucas y con Ana en el sofá. Yo no lo sabía,pero resulta que Lucas se había enganchado a la bebida. Sacó una botella de alcohol y nos ofreció una copa. En mi pandilla ninguno bebemos así que nadie aceptó,pero él comenzó a beber. Sabía que no era una buena idea,pero aun así le dejé. A Ana no parecía importarle mucho. Lucas empezó a beber más y más,vaso tras vaso,hasta que perdió por completo el control de la situación. Ana le pidió que lo dejase,pero el se enfadó, la insultó y siguió bebiendo. Vi como Ana se entristecía y le pedí a Lucas que lo dejase. Entonces pareció enfadarse,se levantó y se fue con un par de chicos de su pandilla.-
No puedo evitarlo y comienzo a llorar. Mis lágrimas se mezclan con la lluvia que moja mi cara. Leo deja de hablar y me mira con preocupación.
-Quizás debería callarme. Es mucha información de golpe...- Me dice Leo.
-No. Continúa. Quiero saber toda la verdad- Le contesto. La verdad es que no quiero escuchar nada más , pero saco fuerza de alguna parte y le pido que siga.
-Está bien. No supe nada más de Lucas hasta que acabó la fiesta y me dijeron que tú ya te habías ido a casa. Entonces salí al jardín y me encontré con Ana, que estaba llorando. Le pregunté qué le pasaba,pero en vez de contestarme salió corriendo hacia su casa. Entré en la casa de nuevo para preguntarle a Lucas qué había pasado y me lo encontré en el sofá. En cuanto comencé a hablar con él me dí cuenta de que estaba totalmente borracho. Le pregunté qué había pasado y...Me dijo que todo era parte de una apuesta. Sus amigos se reían y uno de ellos me contó de qué trataba la apuesta. Me dijo que Lucas había apostado treinta euros a que esa noche podía conseguir liarse con tres tías, incluida su novia. Estaba tan borracho que aceptó sin importarle nada. Me atreví a preguntarle  si lo había conseguido y me dijo " Claro que lo he conseguido. Ana, Sofía y tu hermanita. Las tres han caído a mis pies" me dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Me dieron ganas de matarlo y lo agarré de la camisa. Sus amigos me pararon. Le dije de todo hasta que me echó de su casa y me vi obligado a irme Me fui a casa y decidí no contarte nada para que no te fueses del pueblo con ese recuerdo. Dios,sabía que debía decírtelo, pero llegué a casa y te vi tan triste que... No quería hundirte todavía mas. Lo siento mucho Sandra-
Estoy destrozada. Son demasiadas cosas en unos minutos. Lucas y Ana juntos...Lucas un borracho...Me utilizó para ganar treinta putos euros.
- Sandra yo...Luego me dijeron que Ana se había enterado de lo de la apuesta y había roto con él. También me enteré de que Ana sabía que a Lucas le gustabas y por eso le pidió salir antes de que él te lo pidiese a ti.Quería asegurarse de que tú no le pedías salir a él y de que él no te lo pidiese a ti. Decidió convencerte para que no intentases nada con Lucas y le convenció a él de que tú no lo querías. De todas formas Lucas no merece la pena Sandra. Es un gilipollas. Me han dicho que hacía cosas horribles a Ana,pero ella se lo permitía.-
Leo termina de hablar y espera mi respuesta.
-De- de -debiste decírmelo antes- Le recrimino movida por el dolor.
-Lo sé Sandra y lo siento. Yo no quería que sufrieses más. Decidí esperar un tiempo a que estuvieses mejor. Me daba miedo que te hicieses más daño. Ya se que lo he hecho mal,pero quiero que sepas que te quiero y que no quiero verte triste,aunque tienes derecho a saber la verdad -
Leo me  abraza y yo me dejo acunar en sus brazos. Lloro como una niña desconsolada y él me calma.
Me siento tan utilizada. Ana ha preferido a un chico antes que a mí. Me ha utilizado,me ha ocultado cosas,ha intentado alejarme del chico que me gustaba para quedárselo ella. ¿ Cómo he podido ser la mejor amiga de una persona así tanto tiempo sin darme cuenta de cómo era en realidad? Una amiga no hace eso, una buena persona no hace eso. Yo pensaba que Ana era esas dos cosas,pero me parece que me equivoqué en todo.

Luego está él. Un cabrón que se emborracha con dieciséis putos años ,que no puede vivir sin alcohol y que lo único que le importa es ganarse treinta míseros euros de cualquier manera,cueste lo que cueste,sin importar a cuantas personas destroce o utilice. ¿ Como pude estar tan ciega como para enamorarme de una persona así? Al parecer hay personas que saben ocultar muy bien su verdadero yo. O por lo menos yo no fui capaz de ver como eran en realidad.¿ Cómo no me di cuenta de que estaba borracho? Estaba tan enamorada,tan ilusionada... Todo era perfecto en mi cabeza. Hasta que mi mundo se desmoronó. Las personas que consideraba buenas, que eran ejemplos para mí, resulta que son unos cobardes y unos mentirosos. Me recrimino a mi misma el no haberme dado cuenta antes. He sido una idiota.
Poco a poco,con el paso de los minutos,dejo de llorar y de pensar. Ya me he desahogado y suelto a Leo poco a poco. Me sorprendo a mí misma al darme cuenta de que ya no siento tanto dolor ni tristeza. Ahora siento otra cosa: Odio y rabia.
Se creen que han podido aprovecharse de mí sin que me de cuenta, pero esto no acabará así. Me separo de Leo y le digo que quiero estar sola un rato para poder pensar. Al principio se opone a dejarme sola bajo la lluvia,pero consigo convencerle. Me siento en un banco hasta que pierdo a Leo de vista. Entonces me levanto con prisa. Estoy empapada,pero me da igual. Llegó el momento de hablar,de exigir explicaciones.
Comienzo a caminar veloz como un rayo hasta que diviso una gran casa y un gran jardín. Me paro delante de la valla y llamo al telefonillo sin dudarlo ni un segundo. Una voz terriblemente conocida,que me hubiese resultado encantadora hace unos días,me responde desde el aparato.
-¿ Si,quien es?- Dice la voz de Lucas.
.-Soy yo,Sandra,tenemos que hablar- Respondo con voz fría y firme.
Durante unos segundos se hace el silencio y temo que no abra la puerta. Entonces oigo el sonido que indica la apertura de la puerta y entro sin dudarlo. Conforme me acerco a la puerta del recibidor,alguien la abre y diviso a Lucas en la distancia. Por fín vuelvo a mirar a la cara al idiota que me ha utlizado de sustituta, al idiota que decidió que yo solo soy una niñata que le dejaría hacer lo que quisiese con ella. No puedo evitarlo y mi cara se torna enfadada. Lucas lo ve y también su rostro comienza a mostrar nerviosismo. Eso no me detiene y sigo caminando. De repente veo como Lucas ha comenzado a sonreír. Su risa me enfurece y camino más deprisa. Cuando por fin llego a la puerta y me planto frente a él,habla.
-Cuanto tiempo Sandrita. ¿ Qué haces aquí? - Lucas sonríe una vez más pero,por una vez,su sonrisa no acelera mi corazón.- Me parece que ya sé a qué has venido.- Continúa mientras me pasa un brazo por la cintura.
Por un momento me quedo paralizada y no me muevo. Entonces mi mirada se posa sobre la mesa que hay en el comedor de la casa. Hay una botella encima. Inspiro profundamente y confirmo mis sospechas. Lucas huele a alcohol,y mucho. Me deshago de su mano y pienso por un instante que quizás debería irme,que es peligroso. Está borracho y me parece que no tiene buenas intenciones. Debería tener cuidado con el nuevo Lucas que he descubierto recientemente. Al momento desecho la idea al ver como Lucas sonríe.
-¿ Puedo pasar o qué?- Pregunto secamente.
-Claro que sí- Responde él.
En cuanto paso dentro, Lucas cierra la puerta a mis espaldas. Me dirijo al comedor y me siento en el sofá. Lucas se sienta enfrente mía y sonríe una vez más.
Inspiro profundamente. Llegó el momento de enfrentarme a mis miedos.

domingo, 27 de enero de 2013

Distancias

"Narra Sandra"

Continuo caminando hacia el instituto sin dirigir la palabra a Leo,que se ha quedado callado de repente. Yo tampoco tengo ganas de hablar,así que no intento iniciar una conversación. Tengo muchas cosas en las que pensar. ¿ Qué voy a hacer cuando vea a Lucas? Sinceramente me da un poco de miedo lo que pueda pasar. Me da miedo que él haya estado reflexionando sobre lo ocurrido,se haya dado cuenta de lo mal que me he portado con él y haya decidido odiarme definitivamente,que es lo que esperaba que hiciera. Por fin diviso los jardines del instituto. Cuando ya estamos cerca de la entrada,oigo como gritan mi nombre.
-Sandraaaaa- Me grita enérgicamente Sara desde el otro lado de la plaza.
-Buenos días- Dice Gema mientras me saluda con movimientos enérgicos de su mano.
Lola se encuentra a un lado,agarrando los libros contra su pecho y con la cabeza un poco agachada,pero aun así me dirige una sonrisa de oreja a oreja.
-Buenos días chicas-Respondo con la mejor de mis sonrisas. Me encanta que vengan a saludarme porque,por una vez,me siento integrada.
-Bueno,y aquí va la pregunta del millón...¿ Que tal ayer con Daniel? - Me pregunta Gema con un tono muy alegre y una sonrisa picarona.
Justo me ha tenido que preguntar por la peor tarde de mi vida,sin contar la de Lucas. No es culpa suya,ya que ella no sabe lo que pasó. Aun así no puedo evitar que una mirada triste se asome a mi cara.
Automáticamente la expresión de las chicas cambia de felicidad,a preocupación y extrañeza.
Levanto la cabeza y miro a Leo. Me doy cuenta de que su expresión también ha cambiado. Parece enfadado,enfadado y preocupado.
-Bueno,no pasa nada. Luego hablamos chicas- Digo rápidamente para cambiar de tema antes de que sea demasiado tarde.
Me despido de ellas y me dirijo hacia mi clase acompañada por Leo,que sigue pensativo. Yo tampoco hablo hasta que nos toca tomar caminos diferentes y me despido de él.
Cuando entro en clase respiro profundamente y entro. En cuanto echo un vistazo,me da un vuelco el corazón. Por una vez llegar puntual a clase ha sido una mala idea.

" Narra Daniel"

No he dormido en toda la noche,y eso se nota en las ojeras de mi cara y en mi expresión cansada. Me siento en mi pupitre e intento despejarme. No hay nadie más en clase,aunque es normal porque todavía quedan diez minutos para que suene el timbre. Pero no podía dormir,así que mejor levantarme pronto para mantenerme ocupado y no seguir pensando en...Bueno,en lo que llevo pensando toda la noche. ¿ Qué le diré cuando la vea? ¿ Cómo se supone que debo actuar en esta situación? Solo espero que no tenga que estar mucho tiempo a solas con ella porque sería horrible. De repente oigo pasos muy cerca de mí y la veo entrar. No sé si ella habrá descansado o no,pero si no ha dormido,no se nota nada. Está preciosa,como siempre. ¿ Que hago? No puedo pensar así,no después de lo que me dijo ella. Debo separarme,olvidarla,aunque me mate por dentro,porque eso es lo que ella quiere y,porque una vez más me he demostrado a mi mismo que el amor,el verdadero amor,o no existe,o no dura mucho.
Se sienta en su sitio de siempre tras dedicarme un simple "hola" y una especie de sonrisa,aparentemente normal,pero que escondía,según me parece, algo más.
El tiempo pasa despacio,demasiado. Saco los libros y hago como que estudio,aunque ni yo me lo creo. Por fin suena el timbre y,por una vez,me alegro de que lo haga.
La gente entra en masa a la clase. Me paso la lección lo más atento que puedo pero no puedo evitar mirarla,aunque sea de reojo. No sé porque,pero lo hago de todas formas.
Acaba la clase y me siento aliviado. La próximas dos horas no compartiré clase con Sandra,lo cual será al mismo tiempo un alivio y la más horrible de las torturas.

" Narra Sandra"

Por fin es la hora del recreo. Busco el bocadillo y salgo de clase mucho antes que cualquiera de mis compañeros. Solo quiero salir fuera,encontrar a Sara y alejarme de él. Correr fuera del edificio lo más rápido que pueda para no tener que verle,porque un trozo de mi corazón se muere cada vez que le vuelvo a ver.
Salgo fuera y llego a la fuente donde había quedado con las chicas. La primera en llegar es Lola que, tras saludarme, se sienta a mi lado.
-Bueno, ¿estás mejor ahora? - Me pregunta con preocupación.
-Si, es solo que ayer no tuve un buen día.
-Bueno, pero hoy es un nuevo día,seguro que hoy te va mejor-Me dice con alegría.
Mientras hablamos llegan Lola y Gema de la mano,como una pareja.
-¡ Hola preciosidades ! - Nos saluda Gema con naturalidad mientras se deshace de la mano de Lola y se sienta en el suelo,enfrente nuestra.

-Hola- Respondemos las dos con una sonrisa.
Sara también se sienta en la hierba y me mira.
- Bueno,parece que estás mejor.- Me dice con una gran sonrisa.
Ninguna me pregunta lo que pasó ayer. Supongo que no quieren que me sienta incómoda,al fin y al cabo solo las conozco desde ayer y todavía no tenemos mucha confianza. Aun así decido contárselo. Simplemente necesito desahogarme y me fío de ellas,por alguna razón me infunden mucha confianza.
Comienzo a contarlo todo: Las clases de voleibol, la charla, el...beso. Procuro omitir los detalles de esta última parte,pero algo si que digo.
Cuando prosigo con la parte más...complicada, me doy cuenta de como la cara de Sara,que me observa en silencio,va cambiando. Supongo que no entienden por qué le hice eso.
Les explico lo de Lucas antes de que quieran matarme y no puedo evitar sentir un nudo en la garganta.
Cuando concluyo,ninguna habla. Solo se quedan calladas,reflexionando,hasta que Sara habla.
-Es normal,todavía sigues enamorada de Lucas y no te sientes preparada tras el mazazo de la última vez. A m´también me pasaría.-
-El problema es el pobre Daniel,que igual no lo entiende y se siente mal. Pero no es culpa tuya,tú se lo has explicado todo. - Añade Lola con calma.
 Comienzo a llorar.
Todas me abrazan y me animan,pero me siento muy mal. Mal por lo de Lucas,por la traición. Mal por Daniel,que no creo que me perdone por esto.
-Pero tú no te preocupes,la culpa es del otro,que es un cabrón-  Suelta Gema de repente.
Lola le pega un codazo para que se calle y,por suerte, Gema pilla la indirecta.
Intento convencerme de que me equivoco,pero cada vez estoy más segura de que Gema tiene razón.

" Narra Leo"

Salgo a los jardines y me reuno con mi nueva pandilla. Mientras bromeamos no puedo evitar fijarme en Daniel que,aunque habla y bromea,parece triste. No le quito el ojo de encima. ¿ Qué pasó ayer entre él y mi hermana?
He oido como Sara le preguntaba a Sandra sobre él y,automáticamente su cara se ha vuelto triste. No he querido preguntarle qué pasó,pero lo averiguaré.
Los chicos comienzan a andar hacia la cancha de baloncesto y yo voy con ellos. Daniel camina en silencio,a mi lado. Pasamos cerca de la fuente y,de repente,veo de reojo con Daniel agacha la cabeza súbitamente y su expresión se vuelve sombría al instante. Miro hacia la fuente y veo a un grupo de chicas arremolinadas alrededor de lo que parece ser otra persona. Cuando se apartan un poco descubro que es Sandra. Está llorando. Continuo caminando con un nudo en la garganta,porque me duele verla así. Mejor la dejo con sus amigas,supongo que ahora no querrá que me acerque. Vuelvo a mirar a Daniel,que me dirige una breve mirada y que después,rápidamente,vuelve a mirar al suelo,triste.
Me paso las tres horas que quedan de clase pensativo,atando cabos sueltos. Cuando por fin salimos de clase, estoy furioso. Furioso por la conclusión a la que he llegado.
Me dirijo rápidamente  hacia la parte de atrás del instituto,porque sé que él estará allí. Lo encuentro en una esquina,quitando el candado de su bicicleta. Está agachado,pero en cuanto nota mi presencia se levanta y me mira asombrado. No le doy tiempo a reaccionar. La imagen de mi hermana llorando vuelve a mi cabeza y me cabrea demasiado como para hablar.
Agarro a Daniel por la camisa y lo arrastro hasta la pared. El chico no reacciona,no intenta soltarse,sino que aparta la mirada,que se ha vuelto muy triste.
-¿ Qué coño le has hecho a mi hermana?- le pregunto con enfado sin soltarlo.
El chaval se queda callado por un momento,lo cual me cabrea aún más porque hace que me imagine unas cuantas cosas.
- ¿ Sabes que está llorando por ahí por tu culpa?- Le suelto medio gritando ,cada vez más enfadado y agarrando su camisa más fuerte.
Espero su respuesta durante unos segundos pero,aunque su rostro se endurece un poco,sigue sin decir nada.
Lo agarro con más fuerza aún y tiro de él hacia arriba,aunque no lo levanto porque es demasiado grande.Cada vez me estoy asustando más y las ideas que rondan mi cabeza me ponen nervioso y me enfurecen.
-Te lo advierto,como la hayas tocado yo...- Comienzo a gritarle.
-Jamás la tocaría ni un pelo- Dice por fin Daniel mientras levanta la cabeza y me mira fijamente. Su expresión es seria y sus ojos brillan. Por un momento me quedo paralizado mirándolo y dejo de ejercer fuerza sobre su camisa y sobre su cuerpo.
-No sé qué tipo de persona te crees que soy,pero jamás tocaría a una chica sin su permiso y menos a tu hermana. No soy un puto baboso- Me dice con seriedad y un poco de enfado. Le he ofendido,eso está claro.
Me deja sorprendido y un poco confuso por la intensidad de su mirada,pero aun así continuo.
- Como me entere de que le haces daño...- Le digo,esta vez con un tono un tanto amenazador.
-Eso no va a pasar,tranquilo. Ella me ha pedido que no la moleste más y eso es lo que pienso hacer- Me dice mientras se le quiebra la voz al final de la frase.Veo como la tristeza en su mirada aumenta y me siento mal,quizás me he equivocado. Realmente el chico parece dolido,muy dolido.Lo suelto y me dirijo hacia casa antes de que alguien me vea allí,prácticamente pegando a un alumno.
Espero por su bien que no haga sufrir más a Sandra,que bastante tiene con lo de Lucas, y eso que no lo sabe todo por ahora. Me dirijo a casa solo,pensando. Las palabras de Daniel parecían sinceras,así que le voy a creer. No le diré a Sandra lo que ha ocurrido para que no se asuste, bastante tiene con lo suyo. Supongo que tendré que fiarme de Daniel por ahora. Camino con rapidez hasta que por fin llego a casa.
Sandra ya ha llegado y está en su habitación,haciendo los deberes supongo. Entro en al cocina para comer y saludo a mi madre con un beso.
-¿ Como es que llegas tan tarde Leo?- Me pregunta ella con curiosidad.
-Nada,me quedé hablando con los amigos y se me pasó el tiempo- Respondo restándole importancia.
-Bueno,pues date prisa en comer que la comida se enfría-
-Bien- Respondo.
-¡Ah! Por cierto cariño,vas a tener que empezar a preparar las maletas porque este fin de semana volvemos al pueblo a arreglar unos papeles de la casa y nos quedaremos todo el fin de semana.- Me dice mi madre con toda la tranquilidad.
No puedo evitar sobresaltarme y atragantarme con la comida. Toso un par de veces mientras mi madre se acerca a mí-
-¿ Ocurre algo?- Me pregunta.
-No mamá,es solo que no lo sabía-Respondo.
termino de comer y subo corriendo a mi habitación. Una nueva preocupación ronda mi cabeza. Si volvemos al pueblo,Sandra verá a Lucas y,antes de que hable con él,tendré que contarle la verdad.

" Narra Sandra"

Mamá me ha dicho que volvemos al pueblo y eso me preocupa y me asusta. Tendré que enfrentarme a Lucas y a Ana y hablar con ellos,aunque no me sienta preparada. No sé si seré capaz de hacerlo,pero quiero aclarar las cosas,quiero la verdad,aunque duela.

domingo, 13 de enero de 2013

Sentimientos contradictorios

Sigo llorando en esa esquina y no puedo parar el torrente de lágrimas que surgen de mis ojos.Simplemente no puedo evitarlo,me siento fatal. Por una parte me doy cuenta de lo mucho que me ha afectado lo que ocurrió con Lucas. Sigo sufriendo mucho por ello,todavía no lo he superado. También pienso en lo bueno que es Daniel y en lo mal que me he portado con él,porque desde luego,no se merece todo esto. Pero no puedo permitirme sentir lo que siento por él,no estoy preparada para enamorarme otra vez,tengo miedo. Lucas ha sido la primera persona de la que me he enamorado,y la experiencia no fue muy buena que digamos. Pero Daniel no parece ser como él  aunque...¿y si me equivoco,confío en él y vuelvo a hacerme daño como pasó con Lucas? No estoy preparada para afrontar eso todavía,pero tampoco quiero dejar ir a Daniel,porque es un chico estupendo y me gustaría conocerle. No puedo pensar con claridad porque las lágrimas y la angustia que siento me lo impiden. Me dejo caer sobre el suelo. Me siento y recojo las piernas hasta apoyar las rodillas contra mi cuerpo y agacho la cabeza. ¿Me enamoraré alguna vez de la persona correcta? Me pregunto con melancolía.

" Narra Daniel"

Veo como se aleja corriendo y me siento incapaz de hacer nada. Quizás debería ir tras ella y asegurarme de que está bien,pero estoy demasiado confundido y paralizado. ¿ Acaso le he hecho algo malo? Quizás ella no quería en absoluto besarme.Quizás he sido muy brusco intentando besarla cuando solo nos conocemos desde hace dos días. Pero es que ella es...diferente a las demás. No sé muy bien qué siento o qué debería sentir. Es solo que cuando la veo,me siento mejor. Hoy era Lunes y solo el verla a ella ya ha hecho que se me alegre el día. No esperaba encontrarla aquí,pero la sorpresa ha sido estupenda,aunque yo lo haya estropeado todo. Solo quería conocerla mejor,aclarar mis sentimientos,pero parece que me he pasado un poco. Ha sido inevitable,supongo. Ella es encantadora.Simpática y sensible. Divertida y alocada. Y preciosa. Esta tarde he sentido cosas geniales. Cuando nos hemos sentado y la tenía tan cerca yo...Simplemente no he podido evitarlo. Me acercaba a ella casi sin darme cuenta,como arrastrado por una fuerza invisible que necesitaba estar lo más cerca posible de sus labios. Pero de repente,cuando pensaba que todo iba bien,cuando ella me había permitido besarla,todo se ha hecho pedazos,aunque no sé por qué razón. He sido idiota y la he asustado. He perdido a una chica maravillosa por comportarme como un estúpido baboso y por dejarme llevar por ese impulso tan fuerte de querer besarla. Siento una terrible sensación en el pecho,una sensación de dolor y angustia. Lo mejor será que la deje en paz,si de verdad llegó a importarme algo, la dejaré en paz para que aclare sus ideas,no la molestaré hasta que ella decida si quiere o no volver a hablarme. Decido todo esto y me digo a mi mismo que estoy haciendo lo correcto,pero la mera idea de imaginarme lejos de ella,obligado a no acercarme ni hablarle,me produce una sensación de vacío terrible. No puedo evitarlo y me empiezan a escocer los ojos. De repente noto una sensación conocida,pero casi olvidada. Una lágrima,fresca  y ligera,se desliza rápida y hábilmente por mi mejilla. No lloraba desde que tenía trece años y mis padres se habían separado, comenzando así una disputa por mi custodia en la que yo no tenía ni voz ni voto. Recuerdo ver a mi madre llorando y diciendo que el amor no existe,que solo es una ilusión que con el tiempo desaparece. Y recuerdo como llegué a creerlo. Recuerdo como,cuando una chica me pidió salir a los catorce años,le dije que no,pensando que solo me traería desgracias. Pensando en lo que les ocurrió a mis padres y pensando que nunca llegaría a sentir amor por nadie,que eso solo era una mentira,que era mejor estar solo. Aún hoy sigo pensando lo mismo cada vez que,por la noche,oigo a mi madre llorar en su habitación,recordando un pasado en el que pensó que había encontrado a la persona que la haría feliz y con la que pasaría el resto de su vida,aunque al final ese "para siempre" duró menos de lo esperado.
Pero tú cambiaste mi forma de ver el mundo. Hoy al verte en clase,al notar como mi corazón comenzaba a latir más deprisa cada vez que me mirabas durante una clase,pensé que eso podía cambiar. Durante un segundo,se me pasó por la cabeza que no tenía porque acabar como mis padres,que quizás tú eras diferente,porque me hacías sentirme diferente a mí,pensé que quizás,por una vez, podría tener un futuro con alguien que no fuese yo mismo.Ahora me doy cuenta de que ellos tenían razón,algo siempre sale mal en estas cosas. Y yo me he ilusionado como un tonto. Lo peor es que ha sido culpa mía. Pensé que me estaba...Enamorando,pero no era amor y,si lo era,lo he estropeado y no durará,como pasó con mis padres. Porque el amor no existe.
La lágrima continua resbalando por mi mejilla hasta que la noto en la comisura de mis labios.Levanto el brazo y,con brusquedad,me la quito de la cara eliminando así cualquier señal que revele que he estado llorando.
Lo mejor para ambos será alejarme de ella. No sufrirá por mi culpa y yo no me haré falsas ilusiones sobre un amor que al parecer no existe. Aprieto los puños con impotencia y cierro los ojos lo más fuerte que puedo para frenar las lágrimas.
Decido irme a casa sin pensar más en todo esto. Comienzo a caminar ,sin darme cuenta,en la misma dirección por la que se fue ella. De repente veo algo de reojo,tras una esquina. Me giro ligeramente y la veo,echa un ovillo en el suelo,llorando. Se me hace un nudo en la garganta y mi corazón parece detenerse. ¿ Todo esto ha sido por mi culpa? ¿ De verdad he conseguido hacerla sentirse tan mal? Esto me convence aún más de que el amor solo sirve para traer sufrimiento a las personas,porque a mí también me está haciendo sentir fatal. Me juro a mi mismo que nunca más volveré a sentir algo así.
Aparto la vista de ella y doy un par de  pasos.¿ De verdad voy a dejarla allí sola y largarme a casa? Me detengo y la miro otra vez.Sigue allí,no se ha movido. Un sentimiento nuevo me invade. Ahora solo quiero protegerla,solo quiero mecerla entre mis brazos y hacer que deje de llorar. Aunque sé que si hago eso solo conseguiré que se me haga más difícil dejar de pensar en ella,comienzo a caminar en su dirección. No puedo evitarlo,no soy un monstruo y no pienso dejarla llorando aquí sola,por mucho que si la consuelo,luego no sea capaz de alejarme de ella para no hacerle daño y para no hacerme daño a mi mismo.
Sandra no parece haberse percatado todavía  de mi presencia. Cuando ya me encuentro a unos pocos pasos de ella,levanta la cabeza poco a poco y veo su cara. Ojalá pudiese darme la vuelta,salir de allí y conseguir olvidarla,por el bien de los dos,pero no puedo. No puedo porque me mira,con los ojos anegados de lágrimas.Sus ojos son tristes,pero las lágrimas hacen que me parezcan aún mas bonitos. Aun estando triste,a mí me parece preciosa. Me siento a su lado y ella permanece en silencio,lo que me hace aún mas difícil separarme de ella. No sé que hacer. ¿ Le pongo una mano en el hombro y la consuelo con palabras de cariño? No; eso no me ayudará a olvidarme de ella. Permanezco en silencio,sentando a a su lado,intentando que mi presencia le haga sentirse mejor,porque no quiero que sufra por mí,por eso he decidido dejarla tranquila.

 "Narra Sandra"

No sé porqué ha venido después de lo mal que me he portado con él. Lo normal hubiese sido que se enfadase y se fuera,o al menos eso esperaba yo,pero lo tengo aquí,sentado a a mi lado y,su mera presencia,hace que me sienta un poco mejor. No le hablo,no digo nada ni realizo ningún movimiento. ¿ Qué se supone que debo hacer? Me he portado fatal con él,pero no estoy preparada para esto,no quiero volver a enamorarme y pasarlo mal,porque tampoco sería justo para él que saliésemos cuando yo todavía sigo pensando en Lucas. Porque,por mucho que me duela,me parece que lo sigo queriendo y sigo buscando una explicación.
Me doy cuenta de lo sola que me siento,de lo mucho que los hecho de menos aunque quizás no se lo merezcan. Porque sigo queriendo a Lucas y me duele que hayamos perdido esa relación que teníamos,me duele que no tuviésemos la oportunidad de empezar algo juntos.Aunque se haya comportado como un capullo yo... Una nueva lágrima surca mi cara y,sin pensarlo más y con un movimiento rápido,me giro hacia él y lo abrazo. Enrosco mis brazos alrededor de Daniel y hundo mi cara en su hombro. El chico parece sorprendido y por un momento pienso que se lo va a tomar mal,que va a apartarme de él y que se va a sentir utilizado,pero no se aleja. Poco a poco,mientras yo sigo llorando, Daniel me rodea con sus brazos,en silencio,sin decir nada. No digo nada,solo lloro,dejando que él me consuele. Dejando que me proteja con sus brazos de todo el dolor que me rodea,dejando que me aleje de este mundo lleno de problemas. Ninguno hacemos nada.
Decido aclararle las cosas,decirle algo,darle una explicación.
-Lo siento mucho- Le susurro al oído entre sollozos.
Él no dice nada,solo me abraza con más fuerza,así que continuo.
-Lo siento mucho-Repito- Pero ahora mismo no quiero esto. No estoy preparada para enamorarme,para salir con nadie.Solo quiero aclarar mis sentimientos. Yo...Lo he pasado muy mal ultimamente y no me siento preparada,lo siento pero... Sera mejor que dejemos de  hacer...Este tipo de cosas. Será mejor que me aleje de ti de momento,no quiero prometerte un amor y un cariño que ahora mismo no puedo darte. Porque creo que la mitad de mi corazón se ha quedado en mi pueblo y no sería justo para ninguno de los dos que....-
-No pasa nada,lo entiendo- Dices en un tono un tanto frió,que me hace pensar que te ha sentado muy mal lo que he dicho.
Me separo de ti y te miro la cara. Realmente pareces herido,pero aun así me dedicas una sonrisa encantadora que me hace pensar que quizás lo has entendido y me comprendes. Me siento un poco mejor y te sonrío,aliviada,pero muy triste a la vez.

" Narra Daniel"

Ella me lo explica todo.Me explica el motivo de su comportamiento. Comienza a hablar y,poco a poco,va quedándose sin palabras y comienza a ponerse nerviosa mientras sus ojos vuelven a humedecerse. Decido que es mejor que la interrumpa.Debo conseguir que deje de hablar o comenzará a llorar otra vez y yo no seré capaz de soportarlo. La miro y,por un momento,un pensamiento estúpido atraviesa mi mente: Ojalá pudiese callarla con un beso.Besarla de nuevo y hacer que se sintiese mejor,pero no es eso lo que ella quiere. En el fondo lo entiendo,entiendo como se siente. Un idiota ha debido de hacerle sufrir mucho y todavía está intentando olvidarle. Yo también e sufrido por amor,he visto como la gente sufre por amor.
No puedo evitar,aun así,sentirme fatal porque en el fondo,también es culpa mía que se sienta mal.
También me siento herido porque,una vez más,me he dado cuenta de que el amor solo te hace desgraciado. El amor es...demasiado complicado.
Aun así,como no quiero hacerle sentirse peor,cuando levanta la cabeza para mirarme,intento sonreír.
Sonrío para que se piense que todo va bien,que me parece genial que no quiera nada conmigo,pero no es así. Consigo,tras mucho esfuerzo,dibujar una sonrisa cansada y forzada en mis labios. Parece que ella llega a apreciar la pena que hay en mis ojos,pero me da igual. Solo espero que no se haya dado cuenta de lo triste que estoy,porque no quiero que se sienta culpable. Ya todo ha acabado. Me levanto y,tras decirle un simple"adiós"me alejo de ella. Me siento fatal. Le he dado una segunda oportunidad al amor y nada ha salido bien. Aun así,todavía tengo que hacer lo más difícil: Conseguir olvidarme de ella y de que,por un momento,la quise. Por una vez quise a alguien,por una vez se me olvidó la historia de mis padres,me olvidé de todo el sufrimiento durante esos años de peleas y llantos de mi madre. Porque estar con ella me hacía sentirme mejor y,ahora que todo parece haber acabado,vuelvo a sentir como mi esperanza se desvanece de nuevo.

"Narra Sandra"

Parece que todo ha terminado.Daniel me sonríe,aunque con cierta tristeza en su mirada,oculta tras esos preciosos ojos azules. Parece,por su sonrisa, que no le importa mucho todo esto y que se lo ha tomado bien,aunque sus ojos dicen lo contrario.
Cuando le veo alejarse,yo también me encamino hacia casa con una tristeza increíble,pero intentando no pensar más en ello.
Por fin llego a mi barrio,tras una caminata que se me hace eterna.
Cuando ya diviso mi casa,me relajo un poco pensando en la ducha que pienso darme. A lo lejos veo como un chico se acerca a mí.Lleva una correa en la mano y a su lado camina un precioso perro,un labrador. Su cara me suena un montón y me doy cuenta de es el chico que he visto esta mañana acompañado de su madre. Me mira de reojo y,cuando parece reconocerme,aparta la mirada. Le dedico una pequeña sonrisa y continuo mi camino. Es un chico guapo,ahora que por fin le veo la cara. Pero lo último en lo que quiero pensar ahora es en chicos.
Por fin llego a casa y,tras pelearme con la cerradura,entro.Me pego una ducha que me lleva mucho más tiempo del habitual y solo salgo cuando Leo me grita, mientras aporrea la puerta, que salga inmediatamente.
 Por una vez no son mis padres quienes tienen que obligarme a ir a la cama. Yo sola me dirijo a mi habitación cuando acabo de cenar,tras despedirme de todo el mundo. Mi familia se queda un poco extrañada,pero consigo convencerles de que estoy cansada después de mi primer día de insti.
Duermo fatal.La mirada triste de Daniel y las falsas sonrisas y palabras de Lucas me persiguen en sueños. Me despierto al final,aliviada y agradeciendo al despertador que me haya despertado de este sueño.
Me levanto pesarosa.¿Qué haré hoy cuando vea a Daniel? Le ignoraré,supongo.Cruzaremos un par de palabras y nada más. Pero, por lo menos por ahora,no puedo permitirme tener nada más con él.
Sé que le he hecho daño,pero saliendo con él aún sería peor,porque le haría aún más daño y me lo haría a mi misma. Porque no puedo darle mi amor y cariño ahora mismo.No puedo entregarle  mi corazón porque ahora mismo no me pertenece a mí. Un trocito lo tiene Ana,otro trocito se quedó en mi casa del pueblo y,la mayoría de él,pertenece todavía a Lucas. He de superar esto antes de pensar en lo que podría llegar a tener con Daniel.
Me visto con un vestido que es de mis favoritos y con el que me siento muy cómoda. Me recojo el pelo en una coleta y bajo las escaleras hacia la cocina para desayunar.
Toda mi familia está sentada ya a la mesa a excepción de mi padre,que ha ido a por el correo.
Me siento en una de las sillas libres y comienzo a comer una galleta.
-Buenos días- Me saluda mi madre.
-Buenos días mamá- Le respondo con una sonrisa.
-No es por nada cielo pero...¿ Te pasaba algo ayer? Se te veía un poco triste al volver a casa- Me pregunta mi madre con cierta preocupación mientras Leo levanta la cabeza para mirarme con interés.
-No es nada,solo estaba un poco cansada y,bueno,la mudanza me ha descolocado un poco,eso es todo-Respondo intentando aparentar normalidad. Mi madre parece quedar convencida con mis palabras,pero por la cara de Leo deduzco que no se ha creído mi explicación.
Termino de comer y me dispongo a salir de casa con Leo.
Salimos por la puerta y,en cuanto nos alejamos unos metros, Leo comienza a hablar,no sin antes asegurarse de que nadie nos oye.
-A mi no me engañas Sandra.Te pasa algo,nunca te había visto tán triste como ayer- Me mantengo en silencio mientras Leo habla. No sé que decir y él continúa hablando- Mira, no hace falta que me lo digas si no quieres,tranquila,pero procura animarte,se te ve muy decaída- Concluye finalmente Leo.
Pasamos el resto del trayecto sin hablar del tema.Solo comentamos cosas sin importancia,así que no me preocupo.

" Narra Leo"

Sandra ha dicho que no pasa nada,que solo está cansada,pero seguro que le pasa algo más,de eso estoy seguro.Soy su hermano y la conozco mejor que nadie.Nunca la había visto tan deprimida y me preocupa.
Mientras caminamos en silencio decido no volver a hablar del tema. Me paso el resto del camino meditándo sobre mis cosas. Me siento culpable por no haberle contado a Sandra lo que sé. Quizás debería contárselo porque debería saberlo,pero no es un buen momento. Está muy deprimida y no quiero hundirla más. No quiero preocuparla y ponerla nerviosa. Me sentiré mal por esto luego,pero por ahora será mejor que Sandra no sepa lo que yo acabo de averiguar.