sábado, 16 de febrero de 2013

La verdad duele


" Narra Sandra"

Llevo todo lo que quedaba de semana alterada,nerviosa,pensando. El Viernes, hoy, me voy al pueblo otra vez. Ana y Lucas no saben que vuelvo, nadie a parte de mi familia lo sabe,de hecho. Solo espero que todo se aclare y que este mal sueño acabe por fin, aunque algo me dice que no será así. De repente me acuerdo de esa foto,de mi foto con Ana. Aquella que decidí guardar en una saliente de la pared de mi habitación. Me dirijo hacia ese escondite y verifico que sigue allí. Recogo la delicada foto, cuyas partes están pegadas con celo, y la miro con tristeza. Cómo ha cambiado todo en tan poco tiempo. Miro la cara de Ana que,al igual que la mía,era sonriente en aquel momento. Siento un nudo en la garganta. Rompería la foto en este momento, pero aún conservo la esperanza de arreglar todo esto,por mucho que parezca imposible. Deposito la foto en su escondite con cariño y comienzo a pensar en esos momentos vividos con Ana.
Mi madre me saca de mis pensamientos
-Corre Sandra, que nos vamos- Me grita desde la puerta de casa.
- Ya voy mamá,dame un momento- Contesto mientras agarro la maleta y la bajo por las escaleras.
No me cuesta mucho esfuerzo ya que solo nos vamos durante el fin de semana, por lo que la poca ropa que llevo me cabe en una pequeña maleta. Por fin llego a la puerta y allí me encuentro con mi madre,que me sonríe.
- ¿ Lista ? - Me pregunta
-Si - Contesto.
 ¿ Lista para qué ? ¿ Para enfrentarme a Lucas? ¿ Para que Ana me explique qué ocurrió aquella noche ? ¿ Lista para que me rompan otra vez el corazón? ¿ Lista para lo que pueda ocurrir ?
La verdad es que no,pero es demasiado tarde para echarse atrás.
Me subo en el coche y me siento al lado de Leo, que ya lleva un rato allí dentro. Mi padre arranca y comenzamos a movernos. Leo se mantiene en silencio durante el viaje, manteniendo pequeñas conversaciones con mi padre,mientras yo escucho música e intento dormir sin éxito.
El tiempo pasa rápido para mi. Los pensamientos se arremolinan en mi cabeza y dejan un gran vacío en mi corazón. Noto como Leo me dirige un par de miradas,pero no habla conmigo.
De repente el paisaje comienza a resultarme familiar. Ya hemos llegado. El ambiente húmedo,los árboles rodeándolo todo, los pastos... Todo me resulta tan familiar. Estoy en casa.
Por fin llegamos a mi antigua casa,que no ha cambiado nada,aunque era de esperar porque apenas llevamos fuera una semana.
En cuanto bajamos del coche cojo mi maleta y entro en casa tan rápido como un rayo. No quiero arriesgarme a que ellos me vean. Tiro la maleta sobre la cama,que se queja con un crujido. Mis padres y mi hermano siguen abajo,recogiendo el correo y descargando sus cosas. Me tumbo en el suelo con las manos sobre los ojos. Da miedo,mucho miedo. Miedo a la verdad. Miedo a descubrir que las que creía que eran las mejores personas del mundo son en realidad unos idiotas a los que nunca les importé.
Pero decido que es mejor saberlo. Descubrir la verdad es mejor que vivir imaginándose un millón de posibles respuestas a su comportamiento de esa noche. Estoy decidida a descubrirlo todo y a conseguir la explicación que creo que me merezco.
Abro la maleta y saco mi abrigo. No me peino ni me arreglo. Bajo las escaleras como un torbellino y me despido de mis padres.
- ¿ A donde vas cariño ? - Me pregunta mi madre desde la cocina.
-A ver a Ana- Respondo y,en parte, es verdad.
De repente oigo un ruido y Leo entra corriendo en la habitación.
- ¿ Como dices? ¿ Vas a ver a Ana ?- Pregunta seriamente. Distingo el miedo en sus ojos y eso me pone aún más nerviosa.
- Si ¿ Qué pasa? ¿ Hay algún problema con eso ?- Le pregunto confusa.
-No puedes ir...Todavía- Me responde.
No me deja tiempo a contestar ni preguntar nada. Simplemente me agarra del brazo y me saca de la casa. Nos alejamos unos metros,hasta el parque que hay cerca. Entonces pego un tirón y me suelto,cansada de tanta intriga.
- Leo,me estas asustando. ¿ Qué coño pasa ?- Le pregunto cuando siento que la angustia me domina.
-Tú no sabes lo que pasó esa noche, Sandra. Pero yo sí. - Replica mi hermano con nerviosismo.
Mi cara debe de volverse un poema,porque él me mira de una forma extraña y después continua al ver que yo no digo nada. Estoy demasiado confusa. No entiendo nada.
- Creo que es mejor que yo te diga la verdad,porque no creo que ellos te vayan a contar otra cosa que no sean mentiras.-
Me entran ganas de llorar. Me siento confusa,desesperada. No entiendo por qué no me ha contado esto antes. de qué está hablando. Sabe algo que yo no sé, algo malo a juzgar por su mirada triste y ansiosa por hablar.
- Leo, quiero saber qué pasa, por favor- Le suplico casi llorando.
Ha empezado a llover. Finas gotas de lluvia me mojan el pelo castaño, que dejó de ser rubio con el final del verano. No me importa mojarme,ni siquiera parezco sentir la lluvia.
Leo me mira con tristeza,toma aire y habla por fin.
- Ese día yo ya sabía lo de tu fiesta,de echo yo ayudé a organizarla. Lucas y yo lo hicimos todo. Lo que yo no sabía es lo idiota que es. Cuando entraste en la casa te vi feliz,contenta con la sorpresa y pensé que te llevarías un buen recuerdo del pueblo. Yo no...Yo no quería que te hicieran daño. Verás Sandra; Lucas... Lucas lleva ya unos meses saliendo con Ana. Yo no lo sabía,hasta  que el día de la fiesta me enteré.-
Ahora si que no entiendo nada. ¿ Por qué Ana no me dijo nada ?
Ante mi cara de confusión,Leo continua.
- Durante la fiesta,mientras tu hablabas con tus amigos, yo estaba con Lucas y con Ana en el sofá. Yo no lo sabía,pero resulta que Lucas se había enganchado a la bebida. Sacó una botella de alcohol y nos ofreció una copa. En mi pandilla ninguno bebemos así que nadie aceptó,pero él comenzó a beber. Sabía que no era una buena idea,pero aun así le dejé. A Ana no parecía importarle mucho. Lucas empezó a beber más y más,vaso tras vaso,hasta que perdió por completo el control de la situación. Ana le pidió que lo dejase,pero el se enfadó, la insultó y siguió bebiendo. Vi como Ana se entristecía y le pedí a Lucas que lo dejase. Entonces pareció enfadarse,se levantó y se fue con un par de chicos de su pandilla.-
No puedo evitarlo y comienzo a llorar. Mis lágrimas se mezclan con la lluvia que moja mi cara. Leo deja de hablar y me mira con preocupación.
-Quizás debería callarme. Es mucha información de golpe...- Me dice Leo.
-No. Continúa. Quiero saber toda la verdad- Le contesto. La verdad es que no quiero escuchar nada más , pero saco fuerza de alguna parte y le pido que siga.
-Está bien. No supe nada más de Lucas hasta que acabó la fiesta y me dijeron que tú ya te habías ido a casa. Entonces salí al jardín y me encontré con Ana, que estaba llorando. Le pregunté qué le pasaba,pero en vez de contestarme salió corriendo hacia su casa. Entré en la casa de nuevo para preguntarle a Lucas qué había pasado y me lo encontré en el sofá. En cuanto comencé a hablar con él me dí cuenta de que estaba totalmente borracho. Le pregunté qué había pasado y...Me dijo que todo era parte de una apuesta. Sus amigos se reían y uno de ellos me contó de qué trataba la apuesta. Me dijo que Lucas había apostado treinta euros a que esa noche podía conseguir liarse con tres tías, incluida su novia. Estaba tan borracho que aceptó sin importarle nada. Me atreví a preguntarle  si lo había conseguido y me dijo " Claro que lo he conseguido. Ana, Sofía y tu hermanita. Las tres han caído a mis pies" me dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Me dieron ganas de matarlo y lo agarré de la camisa. Sus amigos me pararon. Le dije de todo hasta que me echó de su casa y me vi obligado a irme Me fui a casa y decidí no contarte nada para que no te fueses del pueblo con ese recuerdo. Dios,sabía que debía decírtelo, pero llegué a casa y te vi tan triste que... No quería hundirte todavía mas. Lo siento mucho Sandra-
Estoy destrozada. Son demasiadas cosas en unos minutos. Lucas y Ana juntos...Lucas un borracho...Me utilizó para ganar treinta putos euros.
- Sandra yo...Luego me dijeron que Ana se había enterado de lo de la apuesta y había roto con él. También me enteré de que Ana sabía que a Lucas le gustabas y por eso le pidió salir antes de que él te lo pidiese a ti.Quería asegurarse de que tú no le pedías salir a él y de que él no te lo pidiese a ti. Decidió convencerte para que no intentases nada con Lucas y le convenció a él de que tú no lo querías. De todas formas Lucas no merece la pena Sandra. Es un gilipollas. Me han dicho que hacía cosas horribles a Ana,pero ella se lo permitía.-
Leo termina de hablar y espera mi respuesta.
-De- de -debiste decírmelo antes- Le recrimino movida por el dolor.
-Lo sé Sandra y lo siento. Yo no quería que sufrieses más. Decidí esperar un tiempo a que estuvieses mejor. Me daba miedo que te hicieses más daño. Ya se que lo he hecho mal,pero quiero que sepas que te quiero y que no quiero verte triste,aunque tienes derecho a saber la verdad -
Leo me  abraza y yo me dejo acunar en sus brazos. Lloro como una niña desconsolada y él me calma.
Me siento tan utilizada. Ana ha preferido a un chico antes que a mí. Me ha utilizado,me ha ocultado cosas,ha intentado alejarme del chico que me gustaba para quedárselo ella. ¿ Cómo he podido ser la mejor amiga de una persona así tanto tiempo sin darme cuenta de cómo era en realidad? Una amiga no hace eso, una buena persona no hace eso. Yo pensaba que Ana era esas dos cosas,pero me parece que me equivoqué en todo.

Luego está él. Un cabrón que se emborracha con dieciséis putos años ,que no puede vivir sin alcohol y que lo único que le importa es ganarse treinta míseros euros de cualquier manera,cueste lo que cueste,sin importar a cuantas personas destroce o utilice. ¿ Como pude estar tan ciega como para enamorarme de una persona así? Al parecer hay personas que saben ocultar muy bien su verdadero yo. O por lo menos yo no fui capaz de ver como eran en realidad.¿ Cómo no me di cuenta de que estaba borracho? Estaba tan enamorada,tan ilusionada... Todo era perfecto en mi cabeza. Hasta que mi mundo se desmoronó. Las personas que consideraba buenas, que eran ejemplos para mí, resulta que son unos cobardes y unos mentirosos. Me recrimino a mi misma el no haberme dado cuenta antes. He sido una idiota.
Poco a poco,con el paso de los minutos,dejo de llorar y de pensar. Ya me he desahogado y suelto a Leo poco a poco. Me sorprendo a mí misma al darme cuenta de que ya no siento tanto dolor ni tristeza. Ahora siento otra cosa: Odio y rabia.
Se creen que han podido aprovecharse de mí sin que me de cuenta, pero esto no acabará así. Me separo de Leo y le digo que quiero estar sola un rato para poder pensar. Al principio se opone a dejarme sola bajo la lluvia,pero consigo convencerle. Me siento en un banco hasta que pierdo a Leo de vista. Entonces me levanto con prisa. Estoy empapada,pero me da igual. Llegó el momento de hablar,de exigir explicaciones.
Comienzo a caminar veloz como un rayo hasta que diviso una gran casa y un gran jardín. Me paro delante de la valla y llamo al telefonillo sin dudarlo ni un segundo. Una voz terriblemente conocida,que me hubiese resultado encantadora hace unos días,me responde desde el aparato.
-¿ Si,quien es?- Dice la voz de Lucas.
.-Soy yo,Sandra,tenemos que hablar- Respondo con voz fría y firme.
Durante unos segundos se hace el silencio y temo que no abra la puerta. Entonces oigo el sonido que indica la apertura de la puerta y entro sin dudarlo. Conforme me acerco a la puerta del recibidor,alguien la abre y diviso a Lucas en la distancia. Por fín vuelvo a mirar a la cara al idiota que me ha utlizado de sustituta, al idiota que decidió que yo solo soy una niñata que le dejaría hacer lo que quisiese con ella. No puedo evitarlo y mi cara se torna enfadada. Lucas lo ve y también su rostro comienza a mostrar nerviosismo. Eso no me detiene y sigo caminando. De repente veo como Lucas ha comenzado a sonreír. Su risa me enfurece y camino más deprisa. Cuando por fin llego a la puerta y me planto frente a él,habla.
-Cuanto tiempo Sandrita. ¿ Qué haces aquí? - Lucas sonríe una vez más pero,por una vez,su sonrisa no acelera mi corazón.- Me parece que ya sé a qué has venido.- Continúa mientras me pasa un brazo por la cintura.
Por un momento me quedo paralizada y no me muevo. Entonces mi mirada se posa sobre la mesa que hay en el comedor de la casa. Hay una botella encima. Inspiro profundamente y confirmo mis sospechas. Lucas huele a alcohol,y mucho. Me deshago de su mano y pienso por un instante que quizás debería irme,que es peligroso. Está borracho y me parece que no tiene buenas intenciones. Debería tener cuidado con el nuevo Lucas que he descubierto recientemente. Al momento desecho la idea al ver como Lucas sonríe.
-¿ Puedo pasar o qué?- Pregunto secamente.
-Claro que sí- Responde él.
En cuanto paso dentro, Lucas cierra la puerta a mis espaldas. Me dirijo al comedor y me siento en el sofá. Lucas se sienta enfrente mía y sonríe una vez más.
Inspiro profundamente. Llegó el momento de enfrentarme a mis miedos.