miércoles, 15 de mayo de 2013

Pesadillas

 Antes de nada quería decir una cosita : LO SIENTO LO SIENTO LO SIENTO LO SIENTO !!!
Sé que he tardado siglos en escribir y no va a volver a pasar. El problema es que he estado con exámenes y trabajos interminables ( si vais a bachiller fijo que lo entendéis )  Espero poder compensaros con este capítulo =)



Silencio, eso es todo. Solo silencio. Hasta que de repente algo cambia. De repente es como si alguien hubiese tocado el botón de "encendido" de mi cuerpo. Comienzo a  sentir algo, como un hormigueo que me recorre las piernas y se extiende por todo mi cuerpo. Intento abrir los ojos instintivamente,pero incluso ese simple movimiento me resulta increiblemente doloroso y costoso. Comienzo a pensar. ¿ Qué ha pasado ? ¿ Donde estoy ? Veo una habitación totalmente blanca, como salida de un cuento. Llego a pensar que estoy muerta, aunque no es así como me imaginaba el cielo exactamente. Mis ojos recorren ansiosos toda la habitación. Un simple sillón y un armario son la única decoración. Una diminuta televisión se encuentra en frente de mí. No hay nadie aquí,estoy sola. Intento concentrarme,pensar,sacar algo en claro. Pero la verdad es que cuando intento rebuscar en mi memoria en busca de un recuerdo, es como mirar un agujero negro. Nada.
No recuerdo nada. Me asusto al pensar que quizás he perdido totalmente la memoria. Intento calmarme. Comienzo a pensar en las cosas más simples.
 Mi nombre es Sandra, eso lo tengo claro. Mis padres , mi hermano y yo somos de un pueblo llamado Lúroz. Hemos vivido allí toda la vida. Mi hermano se llama Leo... Nada más. Recuerdo mi infancia, mi vida en el pueblo. Todos esos recuerdos permanecen intactos. Recuerdo que me mudé a San Sebastian, recuerdo el instituto. Recuerdo las noches en vela llorando a la amiga que creía tener y que había perdido. Recuerdo ir al mar. Recuerdo que casi me ahogo. Recuerdo ser arrastrada fuera del agua. Y le recuerdo a él. Daniel. Mi ángel de la guarda. Recuerdo verle en el instituto. Recuerdo...Recuerdo besarle. Y recuerdo romperle el corazón rompiendo así el mío. Recuerdo regresar al pueblo. Recuerdo ir a hablar con Lucas, recuerdo odiarle. Recuerdo salir de su casa,encontrarme con Ana y pelearnos hasta que me dí cuenta de que la había perdido para siempre. Pero nada más.
Solo sé que íbamos a volver a San Sebastián. Nada, mi mente es una caja fuerte de la cual no tengo la llave ni la combinación. Se me pasan por la cabeza muchas ideas. No puede ser resaca. Yo no bebo. Tengo curiosidad y miedo. ¿ Que ha pasado? ¿ Por qué estoy yo en un hospital ? ¿ Por qué no están mis padres conmigo ? Intento levantarme, pero al instante un mareo me obliga a volver a tumbarme.
Cuando estoy comenzando a tener mucha ansiedad, alguien abre la puerta. Es una enfermera. Una chica rubia y bajita de unos treinta años. Parece sorprenderse al verme consciente. Sin decir nada sale a toda prisa de la habitación y, aunque intento retenerla, no consigo gritarle nada. Solo emito un sonido desesperado. Es como si se me hubiese olvidado hablar. Me siento estúpida. Me siento invecil.  Vuelvo a intentar llamarla. Vuelve a ser un intento inútil.
Al instante vuelve a abrirse la puerta y entra la enfermera, la misma de antes,acompañada por un señor más mayor, un médico.
 Se acerca a mí y respira aliviado al verme.
-Por fin te despiertas, bella durmiente- Me dice con buen humor.
Vuelvo a intentar contestarle. En cuanto abro la boca e intento hablar, un dolor agudo invade mi garganta.
La expresión del médico cambia. Ahora parece preocupado. Me hace un gesto para que pare y yo dejo de intentar hablar.
-Supongo que tendrás muchas preguntas. ¿ Recuerdas que ha pasado ? ¿ Sabes por qué estas aquí?-
Rendida,me limito a negar con la cabeza en lugar de responderle verbalmente.
- No te preocupes, no es problema de tu cerebro ni nada parecido. Tu memoria se mantiene perfecta. Solo estás confundida y aturdida. Te ayudaré un poco, si quieres- Hace una pausa esperando mi respuesta.  Le digo  que sí con un gesto de cabeza.
- Tuviste un accidente. Un accidente de coche- Para de hablar y contempla mi cara. Comienzo a esforzarme por pensar. Intento revivir el último día en el pueblo.De repente es como si alguien hubiese descorrido una cortina delante de mí. Lo veo todo claro. Estábamos en el coche. Yo y Leo íbamos atrás. Estábamos en un peaje. Entonces...Entonces...Un coche vino por detrás y luego solo hubo silencio.
El médico contempla mi cara de preocupación. Y es que estoy poniéndome histérica. Dios.. Es verdad. Tuvimos un accidente. Un montón de preguntas surgen de repente en mi mente como una cascada. Yo he sobrevivido, estoy bien pero... ¿ Y mis padres ? ¿ Y Leo? Si les ha pasado algo yo... No sabría que hacer. Comienzo a llorar desesperadamente. Vuelvo a abrir la boca para hablar. Necesito preguntarle donde está mi familia. Necesito una respuesta ya. Vuelvo a sentir un gran dolor en mi garganta, pero lo ignoro. Sigo intentando comunicarme con él, pero solo consigo que el dolor aumente y de mi boca no sale ningún sonido.
El doctor me agarra del brazo y me pide que pare. No le escucho. Sigo llorando, la garganta me sigue doliendo y me siento impotente. El doctor parece comprender lo que quiero.
- Tranquila, tranquila. Tus padres están bien. Tu padre tenía un corte en la cabeza pero con unos cuantos puntos ya está bien. Tu madre se rompió la pierna en el impacto. Nada que una escayola no pueda curar- Me dice con un tono totalmente tranquilizador.
Por un momento dejo de preocuparme. Vuelvo a estar relativamente tranquila porque sé que ellos están bien. Pero todo vuelve a tornarse horrible cuando pienso en Leo. ¿ Por qué no me ha dicho cómo está él ?  Vuelvo a tener ganas de llorar. Levanto el brazo con gran esfuerzo y consigo señalarle. Señalo una pequeña libreta que el hombre guarda en el bolsillo de su bata blanca junto con un boli.
Como él no me dice nada, tendré que preguntar yo. El hombre me entiende a la perfección y me pasa la libreta y el boli. Con mano temblorosa comienzo  a escribir. " ¿ Cómo está mi hermano Leo ? " Escribo con gran esfuerzo y con pésima letra sobre el papel.
La cara del doctor se vuelve sombría durante un momento. Aunque vuelve a tornarse amable al instante, yo lo aprecio. No dice nada durante un momento. Me mira con intensidad. Me preocupo cada vez más y más y una idea cada vez más clara ronda mi mente al tiempo que comienzo a sentir que me falta el aire: Está buscando las palabras mas apropiadas para decírmelo. Para decirme que Leo está muerto. Tras unos segundos casi interminables, el médico comienza a hablar.

-Tu hermano iba sentado en la parte trasera del coche, al igual que tú. Tú debiste de agacharte momentos antes del impacto, porque no sufriste ningún impacto en la cabeza debido a la inercia. La verdad es que has tenido mucha suerte. En cambio él...No tuvo la misma suerte. Tu hermano se golpeó la cabeza contra el asiento delantero y  el impacto le provocó una importante lesión cerebral. Está en coma, lo siento mucho. Pero no es irreversible, hay un cuarenta por ciento de posibilidadesde que salga del coma sin secuelas importantes.-
Intenta tranquilizarme y sigue hablando, aunque yo no escucho nada más. Leo está en coma. ¿ Y si no vuelve a despertar ? Puede que haya perdido a Leo, o por lo menos al Leo que yo conocía. Lloro como una niña muchísimo rato y, ni las muestras de comprensión y cariño del médico ni los calmantes que me dan para la garganta consiguen que me sienta mejor. Intento buscar el lado positivo. Puede que vuelva a ser el mismo, puede que salga de esta. Intento calmarme pero no llego a conseguirlo del todo hasta pasadas unas horas. Solo quiero verle. Solo eso. Decido intentar levantarme. El médico no ha dicho que tenga ningún hueso roto. Aunque tampoco le he dejado que me explique nada. En cuanto me ha dicho lo de Leo le he pedido que se fuese para poder llorarle en la intimidad. Me ha estado explicando mi situación, aunque ni siquiera le estaba escuchando. Solo asentía de vez en cuando, aunque no escuchaba nada. Tal vez no quería escuchar lo que tenía que decirme. Tal vez me daba demasiado miedo recibir otra mala noticia.¿ Y si yo también estoy mal ? No parece que tenga nada grave,por lo menos sé que puedo mover las piernas y los brazos.
Comienzo a levantarme poco a poco. Es como si mi cuerpo pesase una tonelada, pero después de un buen rato, lo consigo. Vale le pena el esfuerzo con tal de ver a Leo. Cuando por fin estoy sentada en la cama, comienzo a ponerme en pie con cuidado. Mis pies por fin tocan el suelo y decido apoyarme sobre ellos. Al principio es una sensación extraña, como si caminase por primera vez. Me cuesta un poco equilibrarme y por un momento pienso que voy a caer. Luego consigo estabilizarme y doy el primer paso apoyada en la pared. Paso tras paso consigo llegar al baño.
Por fin puedo mirarme en el espejo. Mi cara sigue igual. Solo tengo unos cuantos cortes por la frente y el pómulo derecho. Examino mis brazos y veo también cortes en ellos. Lo mismo ocurre con mis piernas. Me desabrocho la bata del hospital y examino mi espalda. Veo una linea negra rodeada de piel enrojecida. Me doy cuenta de que me han dado puntos allí.  Vuelvo a mirarme en el espejo. Estoy contenta porque parece que no tengo ningún problema grave. Entonces una punzada de dolor me atraviesa el cuello y me acuerdo de mi garganta y de que no puedo hablar, aunque no sé por que. Todavía no me he examinado el cuello. Tengo miedo de lo que pueda encontrar debajo de la bata. Pero tengo que saber si estoy bien. Cierro los ojos, me armo de valor y me desabrocho el botón delantero de la bata. Introduzco mi mano por el tejido y toco mi piel. Todo parece normal, hasta que noto una superficie elevada y suave. Abro los ojos extrañada y observo mi garganta. Tengo una especie de parche colocado en el cuello. Unas gasas sujetadas con esparadrapo a mi cuello tapan parte de este, aunque no sé por qué. Quizás se trate de otro corte, esta vez un poco más profundo. Decido salir de dudas y, aunque sé que no debería, retiro con cuidado el parche de mi cuello. Siento dolor al hacerlo,pero no paro.
 Mantengo los ojos cerrados mientras retiro el parche de mi cuello y cuando por fin lo tengo en la mano, decido abrirlos poco a poco. En el mismo momento en el que entorno los ojos y veo mi cuello me doy cuenta de que algo va mal. No puedo evitar llevarme la mano a la boca. Gritaría, pero no puedo.  Tengo una gran cicatriz en el cuello, no como las otras, esta es mucho peor. Una linea de puntos recorre mi garganta cerrando lo que debió de ser una gran herida. Entonces recuerdo haber oído al médico hablar acerca de una operación, aunque yo no le estaba escuchando en ese momento.
Antes de que me de tiempo de fijarme en mas detalles, mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas que nublan mi visión. Siento que pierdo las fuerzas.Comienzo a pensar que esto no puede ser real, no puede ser...Todo esto tiene que ser un mal sueño, todo es solo una pesadilla. Esto no ha pasado, no ha podido pasar. No me he ido del pueblo, es mentira. No he perdido a Ana, ni a Lucas. No me he mudado, es imposible. Sigo allí, en Luroz, esto es un mal sueño, nada más. Un mal sueño del que quiero despertar. Quiero que todo desaparezca. Quiero olvidar que perdí a mi mejor amiga, quiero olvidar que Lucas no es la persona que yo creía, que nunca me quiso. Quiero seguir en mi pueblo, quiero recuperar mi vida, quiero que se acabe esta jodida pesadilla de una vez... O quizás no quiero. Quizás no quiero despertar de este sueño,  quizás debería seguir dormida. Porque esto no es una pesadilla,sino un sueño, porque en las pesadillas no hay ángeles, en las pesadillas no te enamoras...Porque por muy duro que todo esto sea y por muy duro que sea mi sueño, sé que él está conmigo, ayudándome a dormir . Y si en mi sueño está él, no quiero despertarme.

1 comentario: